Una entrada muy regular se registró en el coso máximo en lo que fue la décima corrida de la temporada.

Un festejo de rejones que atrajo a mucho turismo y que emocionó a los aficionados al caballo y al toro bravo, que hoy sí se hizo presente en nuestra plaza. Así mismo tres grupos de forcados, cautivaron a los espectadores, que salieron hablando de toros de la Monumental.

Los toros de la ganadería de Vistahermosa fueron perfectamente presentados, y en términos generales dieron un extraordinario juego, quizá siendo un poco más complejo el del lote de Santiago Zendejas.

Según los paleontólogos, los vestigios de caballos más antiguos que se han encontrado están en China. Para los Emperadores, sus caballos eran tan importantes, que al morir debían ser enterrados con ellos. Esculturas impresionantes milenios antes de Cristo demuestran la importancia que el caballo ha tenido en la historia.

En algunas dinastías el caballo llegó a ser incluso más importante que la misma familia para su monarca, tanto así que si un animal apreciado llegaba a perecer, se tomaba la vida del veterinario que lo hubiese atendido.

Eran los compañeros de guerra, los grandes conquistadores y merecían el mejor de los tratos. Si en batalla llegaban a morir eran enterrados con honores. El caballo de un Emperador merecía el trato de uno más de la nobleza.

El caballo favorito del emperador romano Calígula fue nombrado cónsul (magistrado)

Le mandó construir una caballeriza de mármol con pesebres de marfil para su uso exclusivo, para después darle toda una villa con jardines y 18 sirvientes para su cuidado personal.

Quizá soy redundante al mencionarlo pero creo que es algo que debían haberle dicho a Horacio Casas antes de que profanara una profesión tan sagrada como el toreo.

El toreo a caballo era de reyes, de nobles, de príncipes, y eran ellos quienes tenían una férrea disciplina, que los llevara a enfrentar un sagrado animal como lo es el toro de lidia.

Un hombre que se ve, no respeta, cuida y valora a sus caballos. Evidentemente no monta, ni se prepara, porque si lo hiciera no hubiera llegado en semejantes condiciones a la plaza más grande del mundo.

Extenderme en hablar de su actuación sería volver a hacer coraje, pues desperdició a dos magníficos ejemplares, con unas hechuras de terciopelo y bravura de mil soldados.

Caballos des tragados, sin condición, sin doma, peleando de la boca por evidentemente no tenerla. Una cornada que podría ser fatal de su caballo de recibir, mismo que no está puesto para dicha hazaña. Cambiando de mano sin congruencia alguna en la cara del toro, era básicamente un suicidio. Desaciertos con las banderillas, poca entrega, mucha inseguridad y afición inexistente. Fallas repetidas con el acero y algo que a estas alturas es intolerable, tener que usar un sobresaliente al no tener la capacidad de bajarse a finiquitar a sus astados. Afortunadamente el de a pie logró acertar con el descabello en ambos toros y evitar que se fueran vivos a los corrales.

Si tiene usted, Horacio Casas, un poquito de vergüenza, debería pensar en no volver a ofender a la afición de una manera tan vulgar y si decide tener caballos, no presentarlos en tan malas condiciones, ni irrespetar una Plaza como la México.

Pero sin duda fue una tarde de contrastes

Llegó Emiliano Gamero vestido de charro a la usanza de don Ponciano, con todo y bigote, y con esa personalidad desenfrenada que le caracteriza. Y es que una de las cosas que más se le agradece, por más deficiencias que pueda tener, es el hambre de ser. Ya lo decíamos de José Mauricio en pasadas semanas. Y Emiliano tiene esta misma condición. Se nota a leguas su decisión, su afición y su entrega.

Ya en el primero, un toro bravo y acompasado que hacía vibrar a los tendidos por sus intenciones de bajar de la cabalgadura al jinete, mostraba parte de su repertorio, y algunos fierros fueron excelsos, pero las fallas con el rejón de muerte le otorgaron una vuelta al ruedo tras dos avisos en que se acompañó del Forcado de cara del grupo de Turlock.

Había de salir “Gaspar” que cuál el sabio oriental vino a mostrar su estirpe y la soberbia de una raza indoblegable. Férreo en el enfrentamiento que si bien se anunciaba a muerte, terminó en la gloria para el viril astado que regresará a pastar y procrear esa bravura que tanta falta hace en nuestro campo.

Alejandro Magno en su amado Bucéfalo,  avasallaba pueblos, dominando culturas y ampliando su reino, encantó a propios y ajenos, blandiendo su espada. Su territorio creció como la espuma, su talento era reconocido por todos los continentes y su vida fue apasionante como cada uno de sus encuentros. Así Gamero, conquistó los tendidos acariciando con suavidad el filo de los pitones con las espesas colas de sus corceles, dejando una brillante estela en el firmamento, como si las estrellas bajaran y encendieran su luz acompañando las alas del Pegaso.

Ajustado y mostrando sus grandes capacidades ecuestres, tanto en los quiebros como en los cuarteos, sin ventajas, fue de frente exponiendo los pechos de sus corceles. Todo acusaba a una obra de arte, esas que se plasman en la retina, que vibran en los oídos, que tiritan la piel. Cuando los verbos se conjugan y la perfección renace, la magia surge y los adagios se subliman. La variedad fue inmensa, y tanto toro como toreros, iban estremeciendo a los coros, que extasiados inundaron el tendido de pañuelos blancos, agitando con fervor la grandiosa intención de preservar la vida de un grande, y encumbrar las destrezas de su lidiador.

La vuelta con el Forcado de cara de Turlock y el ganadero. Y sin duda una actuación que aún debe tener a Emiliano soñando entre algodones.

 

Santiago Zendejas tiene unas cualidades enormes y sin duda aunque completamente en un opuesto a su compañero de cartel, es un auténtico caballero en plaza. Sobrio y puntual, adornó bellamente los morrillos de los dos que quizá carecieron de esa bravura tan emotiva de sus hermanos.

Cual un Centauro, se fundió con sus cabalgaduras para lucirse y esgrimir un duelo templado y estoico.

Su juventud no mermó sus capacidades, al contrario, vimos a un maduro rejoneador con elegantes trazos y fondo en su andar, que dejó un grato sabor entre los presentes, haciendo las cosas por demás correctas.

Sinceridad en la forma y pureza en su qué hacer. Compás por demás rítmico, con cadencia y que a pesar de no haber podido culminar en un rotundo triunfo, más por la poca colaboración de sus astados que por los méritos logrados en esta tarde, ha tenido una gran respuesta y se ha colocado en el gusto de los capitalinos y sus visitantes que salieron de la plaza como hacía tiempo no sucedía, con la miel en los labios.

Una vuelta con los Forcados Mazatlecos en el primero y una fuerte ovación en el que cerró plaza que decidió echarse y no permitir la conclusión de la función.

 

Los forcados amadores de Lisboa tuvieron una gran actuación ante toros que arremetían como locomotoras embistiendo de largo sin titubear. Por su parte los de Turlock que realizaron una gran pega al segundo de la tarde, fueron considerados triunfadores del festejo, en el que se disputaba un trofeo. En el quinto pegaron al segundo intento.

Sin embargo, personalmente considero que los forcados Mazatlecos realmente templaron al tercero de la tarde siendo Carlos Tirado quien acompañara la brusca embestida aguantando en las alturas para finalmente llevar al toro hasta más allá del tercio donde se concretó la pega.

Creo que las actuaciones de estos gladiadores merecen una nota aparte, misma que en estos días concretaremos

El próximo domingo se anuncia una corrida de Piedras Negras para José Luis Angelino, Antonio García “El Chihuahua” y Gerardo Rivera

Por Alexa Castillo