No podía escapar de las manos y sentidos de nuestro artista tan particular, Giovanni Tortosa, en este caso de sus pinceles, toda la grandeza que dejó impregnada el inolvidable Iván Fandiño en su paso por la Tierra y, de forma muy concreta dentro del mundo de los toros.

Una vez más, amigos, aflora el sentimiento de nuestro compañero por el que sentimos veneración porque, además de sus letras de forma semanal, igualmente, en cada ciclo dicho, Giovanni Tortosa nos muestra una figura representativa que lo ha sido todo en el toreo y, como nos sucede ahora mismo, Iván Fandiño no podía quedar desapercibido por este pintor, en este caso, retratando a los diestros que tanto ha admirado que, para nuestra fortuna, coincide con nuestros gustos.

Todo un lujo, una dicha la nuestra, al contar con este hombre apasionado por la Tauromaquia, en la que con su arte es capaz de reflejar sus propios sentimientos, en este caso para inmortalizar al que fue un grande en el toreo de este siglo, nada más y nada menos que Iván Fandiño.

Hablar de Iván Fandiño son palabras de alto nivel; sí, amigos, porque todos debemos de recordar que el diestro de Orduña alcanzó el estrellato como torero teniéndolo todo en contra; hasta sus mismos compañeros le boicoteaban tarde tras tarde porque sabían que, actuar junto a él corrían el serio peligro de quedar ridiculizados.  ¿Solución? Evadirle y, peor aún, ningunearle. Pero pudo más su fuerza, su garra, su torería, su inspiración y valentía que todos los avatares llenos de corrupción que pretendían envolver su vida.

Para que su grandeza fuera eterna, hasta tuvo la «fortuna» de entregar su alma a Dios en una plaza de toros, como les gustaría morir a todos los toreros, pero semejante «dicha» es patrimonio de muy pocos elegidos. Si nos fijamos en el retrato de Giovanni para Fandiño, éste dice mucho más que nuestras palabras, es cuestión de fijarnos porque, insisto, los pitones del toro que «dibuja» nuestro artista son el reflejo de aquella vida llena de valor y verdad.

Gracias, amigo Giovanni Tortosa. Tú , con tu lienzo, has inmortalizado al maestro de Orduña, nosotros, de nuestra parte, seguiremos rezando por el alma del que en el mundo fue un tipo admirable al que no olvidaremos jamás.