En esta ocasión, nuestro compañero y artista, Giovanni Tortosa, ha recreado sus pinceles en la figura y obra de José María Dols Abellán, más conocido universalmente en el mundo de los toros como José María Manzanares, aquella magna figura de las décadas que mediaban entre los setenta y los noventa del siglo pasado que, transcurrido el tiempo, el maestro de Alicante todavía le sobraron arrestos para, sin haber tenido la fortuna de apadrinar a su hijo en su doctorado, en ese mismo año pudo torear varias  veces con él para competir con su vástago, un hecho tan relevante que muy pocas veces se ha dado en el toreo.

Giovanni Tortosa, ha gozado mostrándonos las reminiscencia artísticas Manzanares, aquel torero de la época en que hemos citado que, artísticamente era un fuera de serie; como decían, con el valor justo para enfrentarse a los toros, pero con un sabor y saber que nos encandilaba a los aficionados.

Una vez más se ha demostrado que, los artistas nunca mueren, esta es la prueba con el documento que ofrecemos, una pintura en toda regla con un sabor añejo que, insistimos, nos hace recordar el arte profundo de Manzanares en que, sus tardes de gloria, nadie podía eclipsarle.

Nadie muere para siempre mientras haya dejado una obra en el mundo y, Manzanares, como es sabido, dejó decenas, cientos de obras como fueron sus faenas, las que perviven en la mente de los aficionados que nos cupo la dicha de admirarle. Nadie es eterno, salvo los artistas que, pese a morir, como quiera que nos dejaron su obra, ésta les hizo inmortales. Manzanares es el ejemplo de lo que decimos.