El prestigioso fotógrafo británico Andrew Moore residente en España desde hace más de treinta años y, como es natural y lógico, amante de la mejor Fiesta del mundo, desarrolla su pasión por la fotografía pero, muy centradamente en lo que a los toros se refiere. Andrew es un profesional magnífico que ha sido premiado en repetidas ocasiones, no podía ser de otro modo.

Este año, para su dicha, ha sido el ganador del certamen fotográfico que se celebró en Bilbao, el llamado Tercer Concurso de Fotografía de las Corridas Generales, todo un lujo en su haber, digamos que, un premio más para engrandecer en enorme medida su proyección como fotógrafo o retratista de la cámara, como le queramos denominar.

Creíamos que, las nuevas tecnologías en las que se hacen fotos desde cualquier dispositivo pondría en peligro a los fotógrafos profesionales y, para nuestra dicha, eso no ha ocurrido porque, una foto la toma cualquiera; una obra de arte ya es otra cosa y, Andrew Moore está calificado como un artista de la cámara, Alberto Korda seguro que se sentiría orgulloso de compartir espacio y tiempo con nuestro amigo.

Nosotros, lógicamente, como amigos sentimos la dicha de que al ser premiado Andrew, todos los que le queremos hemos sido agraciados con su premio, el que compartimos junto a él en todos los momentos de nuestra existencia.

Una vez más, desde nuestra página, sentimos la imperiosa necesidad de felicitarle de forma pública, al tiempo que le agradecemos sus valiosas fotos para ilustrar nuestros trabajos. Somos muy afortunados desde el día en que, Andrew Moore nos entregó su amistad, su cariño y sus obras maestras para que, nuestras humildes letras resalten como merecen porque, como dice el refrán, una foto dice más que mil palabras. Gratitud para el maestro que, a diario está pendiente de nuestros pasos, todo ello relacionado con el periodismo taurino, al que tanto ama y admira.

Andrew Moore ha sido premiado por una foto que mostramos sobre la obra de Juan Ortega, sin duda, un torero genial que ha hecho varias obras de relumbrón en los ruedos de España. Está claro que, Moore, amante por encima de todo del toro en su auténtica pujanza, es por ello que acudió a Bilbao y allí se encontró con Ortega. Nuestro amigo no reniega de ningún torero porque como nos ha confesado muchas veces, es consciente de que ser torero es la profesión más difícil mundo pero, su “habitad” natural, porque así se lo pide su corazón, es el toro majestuoso que tanta emoción produce en los tendidos, todo ello, insisto, sin desdeñar la labor de torero alguno pero, sus gustos, como nos ocurre a nosotros, son particulares e intransferibles.