Qué lejos quedaba de mi mente –y la de todo el mundo- que, tras la celebración de la feria de Olivenza, desde aquel momento, moriría de forma repentina la fiesta de los toros. Al respecto, todavía me asombro cuando nuestro director, Juan Jesús Herrero, a primeros de marzo publicó un artículo advirtiendo de todos los peligros que se nos venían encima. Quedé atónito ante aquel ensayo de este hombre que, honradamente, yo creía que estaba exagerando la nota cuando, como se ha comprobado, Herrero tenía más razón que un santo que, a la postre, fue un visionario irrepetible.

Como explica en su fantástico libro, LA GRAN MANIPULACIÓN, el narrador Jano García, autor de tremendo éxito, el gobierno de España, a primeros de enero ya era consciente de todo lo que estaba sucediendo pero, como se demostró, no querían “alarmar” a nadie y, por dicha razón, sabiendo lo que sabían, como tenían prevista la manifestación de miles de histéricas por todo el país, comandadas las guarras del gobierno, las que decían que mata más el machismo que el coronavirus y, más tarde, en muy poco tiempo comprobaron su propia guarrada cuando, en la actualidad, estamos hablando de cincuenta mil muertos.

Por cierto, recomiendo a todo el mundo la lectura de LA GRAN MANIPULACIÓN puesto que, jamás en mi vida había leído un libro tan coherente, válido, concreto, rotundo, veraz y con una aportación de datos tan significativos que, tras su lectura, hasta el más benigno de los lectores, es capaz de odiar al apestoso gobierno que nos cayó encima por arte de birlibirloque.

Eso del machismo y feminismo me parece una falacia estúpida porque, igual que hay tipos asesinos, criminales, asquerosos, de igual modo sucede con las mujeres que, muchas, opositan a diario para ser asesinadas. ¿Por qué existen cárceles para mujeres y están todas llenas? O sea que, para este maldito gobierno que tenemos, por el hecho de ser mujer ya se tiene patente de corso para todo lo que haga falta. Lo dicho, seres humanos, no importa el sexo porque la maldad existe en todos los lados y, lo que es peor, entre cualquier ser humano del sexo que fuere.

Como digo, era un 8 de marzo en que, el maldito gobierno ya tenían datos más que fehacientes para no hacer tumulto alguno, máxime sabedores de lo que se nos venía encima. Pero la locura criminal de la puta izquierda en todas sus derivantes, tenía que hacer aquella manifestación en la que, en la misma, hasta se infectó la apestosa ministra y demás huestes bolivarianas.

Repito que, nadie creíamos que se suspenderían todas las ferias de España y, cuando vimos que Castellón y Valencia, cerraron sus “puertas”, ahí me derrumbé. Tres minutos más tarde Sevilla y Madrid se sumaron al cierre y, a partir de aquel momento, todas las ferias de España. Nadie creíamos lo que estaba sucediendo pero, resignadamente aceptábamos la cruel realidad. No es que se suspendieran los toros, es que España se paró por completo y, a estas alturas del mes de julio, cientos de miles de empresas siguen cerradas.

Cuando ya anunció el gobierno las medidas a tomar y las consecuencias de las mismas, el tipo que nos preside salió por la TV diciendo que el gobierno no dejaría a nadie de lado; que se pondrían doscientos mil millones para ayudar a las empresas y trabajadores y, muy poco tiempo después se comprobó que todo era mentira. Se anunciaron los ERTES que, mal que bien, los que pudieron se acogieron a ellos y aunque fuera de mala manera, pudieron sobrevivir.

Según el guapo que nos rige, dijo que ningún español se quedaría sin la correspondiente ayuda ante la barbarie de lo que había supuesto la cruel crisis que nos azotó que, muchos meses después, sigue sangrando por la misma herida, es decir, la de los pobres y, como en el caso que me ocupa, la de los toreros humildes que, a estas alturas de la “película” no han percibido ni un solo euro porque, claro, ejercen una profesión “criminal”, razón por la que no les han atendido; no son seres humanos como usted y como yo, son personas “denigrantes, criminales” que, como se ha demostrado, no son parte activa de España.

Tras todo lo dicho, a cualquiera se les desgarra el corazón al pensar que, en estos instantes, tras aquellos avatares del mes de marzo en que, ahora mismo, debería de estar celebrándose la feria de Pamplona, que cientos de profesionales del toreo no hayan tenido ayuda alguna, eso es motivo más que suficiente para empuñar las armas de una puta vez, aunque sean de juguete, pero para asustarles. Que esos profesionales aludidos tengan que acudir, diariamente, a Cáritas para recoger algo de comida que llevarse a la boca, eso no tiene nombre; en realidad si lo tiene, que estamos en manos de unos sectarios criminales que les importa una puta mierda la vida de cualquier ser humano y, si pertenecen al gremio de los toreros, peor todavía.

Quedo estupefacto cuando me mandan los datos, cuando ve las fotos de muchos banderilleros saliendo de Cáritas con una bolsa de comida, eso hace que me hierva la sangre porque, como sabemos, Cáritas, la institución de la Iglesia, la misma que repudia el apestoso gobierno que tenemos, mediante esa misma Iglesia y la de miles de voluntarios que trabajan por la causa, varios millones de personas pueden comer, entre ellos, y lo que era impensable, hasta los toreros.