Si hablamos de Cayetano, mucha gente seguro que lo asocia al toreo, -aunque quizás los más a la farándula propiamente dicha- cosa lógica puesto que la principal actividad aparente de este hombre se centra en el arte de Cúchares pero, la realidad es muy distinta a lo que vemos habitualmente. Pienso que, este ser humano ejerce como torero para distraerse de otras actividades que, con toda seguridad le son más rentables que la profesión que desarrolla en los ruedos puesto que, este individuo es más conocido por la farándula que por sus cualidades como experto en tauromaquia.

Son ya muchos años en los que Cayetano se dirime entre las revistas basura y televisiones del mismo calado y los ruedos en los que, como se ha demostrado ha perdido su tirón de cara a las empresas y, la gente pasa olímpicamente de este torero que, como tal, no despierta pasiones ante nadie. Al principio de la historia, el nombre de Cayetano tenía cierta relevancia por aquello de las señoras que acudían a las plazas para ver al guapo de turno pero, eso ha pasado a ser historia puesto que, en los ruedos, apenas nadie puede vivir de su belleza y, Cayetano, como hablan las estadísticas, no convence a nadie y mucho menos a los que tienen que pagarle, razón por la que cada día son menos las contrataciones que tiene.

Como fuere, el tal Cayetano es un personaje que, a los aficionados a los toros nos chirría por completo; digamos que ningún aficionado del mundo acudiría a una plaza de toros al augurio de su nombre, circunstancia que él conoce mejor que nadie pero desde hace ya muchos años, razón por la que se instaló en el mundo del “corazón”, yo diría mejor bazofia humana para, desde dicho mundillo vender una imagen frívola pero que, a su vez le proporciona pingues beneficios. Siendo así, que le contraten más o menos es algo irrelevante porque dicho individuo, rico de cuna, ha desarrollado su carrera por puro capricho, menudo lujo el suyo cuando, como se sabe, hay mil chavales que quisieran ser toreros y se desesperan viendo como un tipo como el citado, toreando más o menos, lo que consigue es quitarle actuaciones a otros compañeros que lo harían espléndidamente.

Entiendo, dada la popularidad del personaje en los medios televisivos y revistas basura por aquello de su separación actual, incluso de todas las novias que ha tenido, que dichos medios le den cobertura porque en España, para desdicha nuestra, todavía hay mucha más gente interesada en la vida de estos personajes que en pararse a pensar a quién tienen que votar para que haya progreso y libertad en nuestro país. Retrasados si lo somos, pero en grado sumo. Que Cayetano sea más famoso en nuestro país que el genio de la cirugía llamado Pedro Cavadas, eso dice muy poco a favor de nuestra España. Han pasado cien años y todavía seguimos siendo un país de guitarra y pandereta pero, lo más triste de la cuestión es que todavía nos quejamos.

Como explico, Cayetano seguirá acaparando portadas y mucho más en estos momentos en que, como dicen, se ha separado de su mujer, Eva González y, los ignorantes de turno siguen entrando al trapo de estas miserias cuando, como suele ocurrir siempre con este tipo de personajes, todas sus acciones están todas estudiadas para sacar dinero de los medios televisivos que, sabedores de que la gente está ávida de este tipo de emociones, el negocio que tienen montado es mayúsculo.

Engañan estos personajes a gentes sin preparación alguna, salvo distraerse con los programas de estercolero que, al parecer tanto les llenan y, lo que es peor, les alimentan una vida vacía de contenido en todos los órdenes. Pero así tenemos montada la sociedad actual, la misma que logró que Pedro Sánchez entrara en La Moncloa para destruir España. Mientras a millones de nuestros compatriotas se les cae la baba con Cayetano y personajes de similar calaña, para terminarlo de arreglar, votan a la izquierda para que, a ser posible, dentro de “cinco minutos” no quede nada de la España que nosotros conocimos.

En la imagen vemos a Cayetano con su esposa, cuando todavía eran felices.