Pasé la tarde de ayer viendo Canal Sur con su retrasmisión del festejo que se celebró en Utrera y, tras finalizar el festejo me hice la siguiente pregunta. ¿Qué más tiene que hacer un torero, en este caso David de Miranda, para que sea tenido en cuenta por las empresas? La pregunta es complicada porque no tiene respuesta. Para mí no fue lo más importante las cuatro orejas que el chaval onubense cortara en dicha corrida; lo realmente hermoso fue su forma de torear, especialmente a su segundo enemigo que, dada su bondad, la gente pidió con clamor el indulto. Sinceramente, yo no soy partidario de los indultos pero, tampoco puedo oponerme a la voluntad popular de unas personas que han pagado una entrada y, de forma unánime, así lo pidieron y de tal modo lo asumió el presidente.
Yo creo que, dada a bondad del toro, David de Miranda hizo tres faenas en una porque, el toro, por su condición y bravura, así se lo regaló. Se gustó el diestro y nos emocionamos todos ante aquel torrente de bravura del toro de Lagunajanda; un animal para enmarcar, esa es la pura verdad. Había visto yo algunas actuaciones de David de Miranda en las que el chaval, con gritos desgarrados pide la atención por parte de las empresas puesto que, cada tarde es un éxito importantísimo, recordemos días pasados su encerrona en Huelva y lo comprenderemos todo porque, en el coso de La Merced, desde que se doctoró haca ya algunos años, cada feria en la que ha actuado ha triunfado por lo grande, destacando la épica de esta feria onubense en la que se hartó de cortar orejas y embellecer el ruedo con su arte.
Como decía, aquello del indulto no fue tarea baladí; y lo digo porque más de una vez hemos visto indultar un toro y no darle ni unos aplausos al torero, lo que certifica que, el diestro en cuestión no ha estado a la altura de la bravura de su contrincante. No ha sido el caso de David de Miranda que, como dije, se explayó toreando, lo que caló en los tendidos de forma rotunda y, sin duda alguna, en los cientos de miles de espectadores que lo vieron por televisión. Enrique Romero y Paco Ruíz Miguel, como presentadores de las retrasmisiones de Canal sur, ayer se hacían la pregunta que hoy nos hacemos todos. ¿Por qué no torea a diario David de Miranda que, si se me apura, como aval grande, tiene la salida en hombros de Madrid aquel 2019 con el toro de Parladé con el que estuvo sublime? Decía Ruíz Miguel, con toda la razón del mundo que, ahora el mundo de toro es un coto cerrado en el que, entrar cuesta sangre sudor y lágrimas y, muchos toreros, pese a ello se quedan en el camino, al tiempo en que, el maestro de San Fernando recordaba que, sus tiempos como torero, lo triunfos valían un potosí, él es la prueba de lo que contaba.
Pese a todo, confiemos que David de Miranda sea correspondido en calidad de torero por los empresarios puesto que, aquellos que le han contratado, a nadie ha defraudado, un caso digno de admiración y estudio. Sin ir más lejos, recordemos su incontestable triunfo en Sevilla con aquel bravísimo toro de Santiago Domecq.