Hace años que desapareció la figura del sustituto si de toros hablamos. ¿Casualidad? Más bien yo diría causalidad.  De toda la vida de Dios, por ejemplo en Madrid, tras la confección de su feria siempre quedaban ausentes toreros de mucho interés que, en ocasiones hasta tenían la suerte de ser tenidos en cuenta por la empresa en calidad de sustitutos y, muchos de ellos toreaban sin haber estado anunciados en la feria. Este año, sin ir más lejos, tenemos un elenco de toreros que han quedado excluidos de la primera plaza del mundo y, así han quedado, excluidos porque nadie les llamará.

¿No tiene cabida entonces la figura del sustituto? Tenerla si la tiene, el problema es que hace años que no queda un puesto vacante porque los toros actuales ya no hieren a los toreros; digamos que, las cornadas se las llevan siempre los mismos, en este caso los de abajo, los que no deciden nada, por consiguiente, los que no están anunciados ni en Madrid ni en ningún lado.

Dada mi condición de aficionado veterano he conocido que, en Madrid, en alguna que otra feria, hubo hasta diez sustituciones, algo impensable en los tiempos que vivimos puesto que, recordemos que, el pasado año resultó herido en Madrid Ginés Marín y, ocho días más tarde estaba haciendo su segundo paseíllo en dicha feria. ¿Será que los toros son de cartón piedra? No creo que llegue la cosa a tanto pero, los datos son los que son y, además, reveladores. No hay heridos en Madrid, cosa que nos alegra a todos pero, algo ha cambiado en la fiesta para que, como decía, ya no quedan resquicios ni para ser sustituto de nadie.

Ni en ese sentido hay el menor atisbo de suerte para los desposeídos de la fortuna o, mejor dicho, los que sufren la mala leche de los empresarios puesto que, los toreros que hemos repetido hasta la saciedad, tales como Curro Díaz, Rafaelillo, Sergio Serrano y algunos más, todos ellos con méritos más que sobrados para estar en la feria de San Isidro. Los citados, como explico, no tienen ni banquillo como antes sucedía que, en un momento determinado, el “entrenador” les podía llamar para salir a la cancha. Se cerró el banquillo y, si quieren ir a Madrid, que lo hagan como espectadores, en la grada, claro está.

¿Percances? Por supuesto que los sigue habiendo, pero los sufren los desdichados, en los pueblos, los matadores sin renombre, los novilleros, los banderilleros pero, el grueso del escalafón si de los de arriba hablamos, esos no sufren ni un rasguño. Siendo así, ¿qué ilusiones pueden albergar todos los que se ganaron con sus éxitos ser contratados y se les ha ninguneado? ¡Ninguna! Claro que, el milagro lo tenemos servido, pese a todo, siguen naciendo toreros todos los días de la vida.

En la imagen, Curro Díaz, uno de los grandes artistas de la torería actual que, como se a demostrado, no tiene sitio ni como sustituto. Podrido mundo del toro.