El próximo cinco de diciembre cuando sean las 11,30 horas de la mañana dará comienzo en la ciudad del Turia un magno festival a beneficio de los damnificados de la catástrofe de La Palma, un evento que no paliará todos los males de la isla pero, el solo hecho de que, desde la península, unos hombres ilusionados pongan su granito de arena pensando en aquellas personas que lo han perdido todo, merece todo elogio, ¡qué digo! El más grande elogio, de ahí que, por ejemplo, el título con el que se define el festival ya suena grandioso, LA PALMA EN NUESTROS CORAZONES.
El cartel merece todos los plácemes del mundo porque sus integrantes, torero honradísimos, con su acción vienen a demostrar que dentro de traje de luces que se ciñen, anidan unas personas admirables, es el caso de Víctor Puerto, Uceda Leal, Matías Tejela, Octavio Chacón, Pepe Moral, Joaquín Galdós, Jesús Chover y el novillero Juan Cervera que serán los integrantes del citado cartel al que nos referimos. Todos ellos en la lidia de toros de diferentes ganaderías pero, con el denominador común de la solidaridad hacia sus semejantes.
Nada que objetar a los que se jugarán la vida por sus semejantes, en este caso, por los damnificados de La Palma pero, la pregunta es de rigor. ¿Dónde están las figuras? Lo digo porque al respecto de esta cuestión tan trascendental, ellos, los poderosos, lo que tienen, sobre el papel, más poder de convocatoria, son los primeros que deberían de haberse apuntado al evento que citamos o, en su defecto, a otros en distintas plazas. Como digo, la recaudación del festival citado no paliará todos los males de aquellos desdichados isleños pero, si lo recaudado sirve para ayudar a media docena de personas, todo esfuerzo habrá valido la pena.
No me negará nadie que suena grotesco que se monte un festival en Valencia, en una plaza tan bella y enigmática, con un aforo espléndido y que ni una sola figura haya querido participar en un acto tan solidario y humano como el que se dará cita en la fecha antes indicada. Suena cruel todo lo que digo porque nos parece irreal. Mucho han cambiado los tiempos cuando, por ejemplo, las grandes figuras de cada época se daban bofetadas por participar en aquellos festivales de gran abolengo para las causas más nobles que pudiéramos encontrarnos en nuestro camino. Y no creamos que se trate de broma alguna porque, por ejemplo, José Miguel Arroyo Joselito, salió lanzado de Madrid en aquel festival grandioso que se celebró en Las Ventas a beneficio de los damnificados del volcán del Nevado del Ruíz, allá por tierras de Colombia.
Una vez más han tenido que ser los “pobres” del toreo los que se han solidarizado con los pobres desdichados de La Palma que lo han perdido todo por un mal lance de la naturaleza. Como estamos viendo, el toreo, al menos en lo que a estos diestros se refiere, le han ganado la partida a Pedro Sánchez que ha acudido a La Palma muchas veces, se ha hecho la foto y se ha vuelto pero, de ayudas, nada de nada. Esté claro que, el toreo, una vez más, ha demostrado que está por encima de este gobierno absurdo que dicta leyes macabras pero que, cuando hay que ayudar a los desvalidos, eso que lo haga Cáritas o, como en el caso que nos ocupa, que lo hagan los toreros.
La moneda está en el aire, no todo está perdido. Lo digo en el sentido de que, tenemos todo el invierno por delante, un tiempo en el que las figuras del toreo deberían de recapacitar y a su vez, ponerse en contacto con diferentes empresas y montar un elevado número de festivales que, tratándose de la causa de la que se trata, la tragedia de La Palma, con toda seguridad que responderían los aficionados pero, si los toreros no se pronuncian, nosotros poco podemos hacer.
Parabienes, aplausos, vítores para estos hombres apasionados que, aunque sea en un festival, se jugarán la vida por la causa más noble del mundo, ayudar a sus semejantes. Y digo que se jugarán la vida porque infinidad de toreros, ante una simple vaca y toreando en el campo han sufrido cornadas gravísimas y, no digamos nada de Antonio Bienvenida que, toreando una vaca, aquella broma le costó la vida. Ovaciones para la empresa Bous al Carrer que gestiona Gregorio de Jesús que, como se ha demostrado ha puesto toda su ilusión en que se abran las puertas de la plaza de toros de Valencia y, a fe que lo ha conseguido y, lo que es mejor, organizando un grandioso festival del que han huido las figuras que, como se ha demostrado, han sido suplidos por toreros de menor renombre, pero con un corazón que no les cabe en el pecho.