Dice un axioma muy popular que se utiliza mucho en el mundo de los toros en que, a diario se nos recuerda que, no todos los que valen llegan a la meta aunque para llegar, hay que valer, lo que nos hace sospechar que Jesús Martínez Pérez, más conocido como Morenito de Aranda se encuentra en el primer grupo de los antes referidos porque, como sabemos, teniendo condiciones más que sobradas para ser gente importante en la fiesta de los toros, la misma, hasta la fecha, solo le ha considerado como un buen torero que, en terminología futbolera sería así como un segundón.

Es cierto que, dentro del conflictivo mundo de los toros, en demasiadas ocasiones, los aficionados tenemos la sensación de que llegan a lo más alto los que los empresarios quieren porque, ¿qué más tiene que aportar Morenito de Aranda al toreo que su arte irrepetible? Sin embargo, llevamos más de tres lustros cantando las excelencias del diestro arandino y, pese a que ha tenido triunfos de clamor y ha cortado muchas orejas en Madrid incluyendo la puerta grande de Las Ventas, para nada ha servido ese esfuerzo que, repito, dotado de torería inmensa nadie lo ha puesto en el lugar que le corresponde.

En estos días, como todo el mundo sabe, hizo su debut en esta temporada en la plaza de toros de Ávila, en un festejo que pudimos gozar mediante las cámaras de CMM, imágenes que nos hicieron gozar con el diestro aludido que, como pudimos ver, tuvo una actuación brillantísima. ¿Suerte que tengas que el saber poco te vale? Sin lugar a dudas que le aplicamos el refrán a Morenito y encontramos la respuesta ante su escasa vida “laboral” con sus trebejos taurinos y su arte que corre por sus venas.

Anotémoslo con letras de molde porque Morenito no es un cualquiera y, muchos menos un gracioso al que algún poderoso pone dinero para que resplandezca el diestro y el “ponedor”; nada más lejos de la realidad porque todo lo que tenga el muchacho se lo ha ganado a base de sangre, sudor, lágrimas y triunfos ante ganaderías legendarias. Son muchos años acariciando el triunfo, es decir, que le reconozcan como en verdad es, un torero ejemplar para estar en todas las ferias de España, Francia y América y, de momento, las aguas siguen mansas junto a su caudal de torería inacabable.

Como fuere, en calidad de aficionados, insisto, pudimos gozar la otra noche con el toreo espléndido de este diestro admirable que, podrán ponerle mil trabas, argumentarle mil malditas razones todas ellas sin fundamento alguno, pero lo que nadie le podrá recriminar nunca es su excepcional clase como torero, algo que ha demostrado en tantísimas ocasiones que, ponderarle, en estos instantes, hasta puede sonar a sacrilegio. Claro que, lo mejor de Morenito de Aranda es su convicción ante lo que es capaz de hacer en los ruedos, razón por la que sigue en activo tras más de quince años de alternativa. Y si él está convencido, que nadie dude que, en un momento dado puede llegar su verdadera eclosión taurina, la que dejará boquiabiertos a propios y extraños.

No será este año por las tres mil razones que todos conocemos pero, su ejemplo sigue vivo, su torería al más alto nivel y su afición corregida y aumentada en este año desdichado en que, se terminará la temporada y muchos diestros no habrán podido vestirse de luces; es decir, estamos hablando de una temporada atípica que, por todo lo que estamos viendo, lo mejor es que acabe cuanto antes y que le pidamos al Altísimo unas mejores condiciones sanitarias para el año venidero en que, tanto Morenito de Aranda como alguno más de sus compañeros, pueden dar un aldabonazo de lujo.