Ha sido uno noche totalmente emocionante puesto que, ver la despedida de Joaquín del fútbol al que ha amado y consagrado su vida, hemos pasado una noche mágica, increíble, inolvidable puesto que, el personaje así lo ameritaba. El “diestro” del Puerto de Santa María, con más de veinte años como futbolista de élite se ha marchado para siempre de las canchas del fútbol al que amó y consagró su vida. Todo un espectáculo el partido que ha jugado Joaquín con su Betis repleto de leyendas de época, contra otro equipo igualmente repleto de futbolistas que nos han dejado un recuerdo inolvidable. Han vencido los béticos por seis a cuatro pero, el resultado ha sido lo de menos si exceptuamos, claro, los dos goles marcados por Joaquín.

Confieso haberme emocionado al ver a sesenta mil almas aclamando a su ídolo, algo que solo pasa en el fútbol y, en esta ocasión, desde nuestra tribuna taurina nos enorgullecemos de dedicarle unas letras al futbolista que más ama la fiesta de los toros; en definitiva, un español que ha logrado que amemos el fútbol y, lo que es mejor, que entendamos los motivos por los cuales el fútbol es grande en su esencia.

Si de forma natural, el fútbol, como tal, tiene un componente de dureza y agresividad por aquello de su competividad que, en esta mágica noche hemos paladeado el deporte rey como si estuviéramos viendo a Curro Romero en La Algaba el día que se retiró. Ni una sola falta, ninguna entrada punible de tarjeta ni por asomo. Un espectáculo al que hemos sabido amar y adorar por su belleza, por el talento mostrado por muchísimos jugadores que han hecho de este partido una noche mágica para que la disfrutaran los béticos y, sin duda, los que amamos este deporte. Nos hemos deleitado con el señorío, con el talento, con la creatividad de infinidad de futbolistas que, pese al paso de los años, el talento no lo han perdido y mucho menos ese atisbo de “arte” que también se necesita para que dicho deporte resulto enigmático como ha sucedido en este día inolvidable, tanto para Joaquín  Sánchez como para los miles y miles de personas que le admiramos.

Joaquín, además de ser un hombre de talento en la cancha de fútbol, es un personaje singular que se defiende en los platós de televisión como pez en el agua, digamos que, por ejemplo, entrevistarle es un placer para el que el entrevista y una dicha para todo los televidentes. Para colmo, el pasado año publicó un libro de auto ayuda en el que, ante todo, refleja que el ser humano no puede vivir sin una sonrisa permanente porque, carecer de tal valor es vivir desdichado y, certificamos que, Joaquín ha sido la alegría al más alto nivel.

Fortuna la de este hombre que ha sido arropado por muchos jugadores, leyendas todos del fútbol mundial, tales como Guti, Morientes, Sergio Ramos, Reina, Iker Casillas, Nolito y una larga lista de hombres que, en su momento dejaron una profunda huella en los estadios y que, en dicho día, para rendirle honores al más grande, han puesto lo mejor que tenían para que el jugador del Puerto de Santa María se sienta más sevillano y más bético que nunca.

Y ¿saben lo mejor? Lo que han dicho siempre de Joaquín todos los que le han tratado y conocido que se trata de una gran persona, al margen de todos los valores que ha mostrado en los campos, juntos a los medios de comunicación, junto a los suyos y arropando siempre al más débil puesto que Joaquín ha sabido compartir lo que ha ganado con los más débiles. Un personaje para enmarcar que, sin lugar a dudas dejará un vacío tremendo.

Entre otras cosas, Joaquín ha sido paseado a hombros por los aficionados, por los compañeros, todo ello unido a las clamorosas ovaciones que ha recibido durante todo el partido.

Tras ver lo que hemos visto, en el mundo de los toros nos queda mucho que aprender de lo que sucede en el fútbol, el caso de la despedida de Joaquín lo reafirma todo; pero no ha sido una despedida lacrimógena como sucede en los toros que, cada vez que se le hace un homenaje a un torero siempre es por una causa triste –siempre digno de agradecer- y, como digo, se le ha homenajeado a Joaquín por ser un grande del fútbol, por ser admirado por todos y sin duda, este partido no ha sido para solucionar su vida, ha sido para rendirle culto de admiración hacia un hombre que ha consagrado su vida al deporte que amó y, salvo las breves incursiones que hizo por otros equipos, El Real Betis ha sido siempre su casa, su vida, su escuela y por encima de todo una forma de vivir.

Palabras llenas de emoción las que dicho Joaquín al finalizar el partido puesto que ha sido capaz de agradecer a todo el mundo la grandeza que supone sentirse arropado por el beticismo. Las lágrimas de Joaquín, en su despedida, han sido inevitables. Nadie se ha movido de sus asientos hasta que no han finalizado los actos de despedida, todo un ejemplo de la afición bética, de tantos de sus compañeros que, en su honor se han vestido la camiseta de “sudar”, muchos de ellos con años más que suficientes como para tener olvidado el fútbol, en honor a Joaquín han hecho un esfuerzo que nunca pensaron llevar a cabo pero, amigos, la llamada de Joaquín les puso a todos de acuerdo y, olvidándose de los años, todos, en su medida, han puesto su granito de aren para despedir a un grande del fútbol mundial. No era para menos, sencillamente porque se llama Joaquín Sánchez, un gran jugador, un comunicador excelente, un personaje que ha entrado en la leyenda al que deseamos que Dios le de muchísimos años de vida para que, aunque sea de otro modo, sigamos disfrutando de su grandeza. Noche inolvidable para Joaquín y, sin duda, para todos los hemos tenido la suerte de ver un espectáculo tan increíble como mágico. Joaquín Sánchez, que Dios te siga bendiciendo.