Hoy me ha venido a la memoria un hecho que no sabría cómo calificarlo; anecdótico, cruel, criminal, deleznable pero de una realidad aplastante. Se trata de que, como sabemos, en la pasada feria de otoño de Madrid torearon juntos por vez primera El Juli y Emilio de Justo. Cualquiera no le daría más importancia a la cuestión de no profundizar en la misma. Pero este hecho referenciado tiene una lectura dramática puesto que, El Juli con casi cinco lustros de alternativa no se había encontrado con tan carismático diestro como De Justo que, como es notorio, tras muchos años de doctorado, lleva ya un lustro firmando faenas épicas de un nivel apasionante.
Y aquí viene a colación lo que decía de la crueldad del triunfador que, como tal, no quiere saber nada de los de abajo, la prueba es la referida en la que tras tantos años se vieron las caras El Juli y Emilio de Justo en Madrid, como decía, la primera vez que toreaban juntos que, dicho sea de paso, De Justo bordó una faena memorable con la que salió por segunda vez por la puerta grande de Madrid en la pasada temporada en la que acabó en la feria de Cali triunfado por lo grande frente a una bravísima corrida de Victorino Martín, eso sí, con Luís Bolívar como compañeros; podía haber sido El Juli, pero no, tuvo que ser con el diestro vallecaucano.
Uno, ante situaciones como la descrita tiene muchas sospechas respecto a los mandones del escalafón porque todos buscan la comodidad al más alto nivel y como en el caso de Manzanares, si alguien apertura el cartel miel sobre hojuelas, sea un rejoneador en cualquier plaza y si es en Madrid, que haya un confirmante, de tal modo, ya se elude la primera responsabilidad que debería tener un matador. Del mismo modo, si observan que un humilde ha sido capaz de triunfar por lo grande, lo esquivan por completo, a excepción de Morante que, dicho en cristiano, ha sido capaz de torear con los más humildes, hasta el punto de que en su último festejo estaba anunciado con Alfonso Cadaval que, la criatura le sobrevino un terrible lesión mientras entrenaba y no pudo cumplir su sueño.
Este año, como sabemos, Emilio de Justo sufrió en los albores de la temporada aquella dramática lesión en Madrid, reapareció en Agosto en Almería pero no se encontró con El Juli. Curioso, ¿verdad? Claro que, la pregunta me la hago yo, ¿cómo es posible que El Juli, un torero a la vuelta de todo, poderosísimo como dicen y en más alto nivel de la torería, sea tan memo de huir del lado de aquellos que han sido capaces de lograr triunfos de clamor frente al toro bravo y encastado? Claro que, la cosa no viene de ayer porque ese mismo Juli que todos adoran, nunca se enfrentó con Iván Fandiño que, como sabemos, quedó líder del escalafón durante dos años consecutivos. Alguien hizo encaje de bolillos en aquella ocasión y les aseguro que no fue Fandiño.
Ahora, El Juli está haciendo temporada en México y se enfrenta a los diestros aztecas como pueda ser el caso de Diego Silveti que, en dos comparecencias juntos, el diestro de Guanajuato ha estado a la altura del español, incluso por las noticias que nos llegan de allende incluso le ha superado, algo que ha permitido El Juli por estar en México porque la pregunta es inevitable, ¿en las temporadas que ha toreado Silveti en España en cuantas ocasiones se ha enfrentado con El Juli? Sobran las palabras. O sea que, el mismo Silveti, al verse en el patio de cuadrillas de cualquier plaza se asombrará diciendo. ¡Pero si es El Juli, el famoso torero español!
¡Ah, claro, ahora caigo respecto a todo lo que digo! Si Emilio de Justo ha sido capaz de enfrentarse en un gran porcentaje al toro encastado y con problemas, con semejantes toros no iba ser El Juli el que se apuntara a dichos festejos para retar a De Justo, lo hizo en Madrid con una corrida de las llamadas comerciales que, para fortuna del diestro extremeño, el toro mostró la casta que todos anhelamos encontrándose con un torero irrepetible llamado Emilio de Justo que le cortó las dos orejas en una tarde clamorosa.