Todos los sábados, como aperitivo al programa Tiempo de Toros de CMM, dicho canal emite un programa sobre diversos toreros que dejaron huella como tales sin que a los dirigentes de dicho programa les importara nada si fueron o dejaron de ser figuras del toreo; fueron toreros que dejaron un vestigio imborrable y con eso está dicho todo. Y al respecto de lo que digo, en el citado programa de la semana pasada emitieron la figura y obra de tres diestros castellanos manchegos que nos dejaron boquiabiertos a los aficionados, es el caso de Antonio Sánchez Puerto que, tres “siglos” después de que se doctorara en Vistalegre en Madrid, sus faenas siguen teniendo el eco suficiente como para ser recordadas, sencillamente para que los nuevos aficionados sepan cómo y de qué manera interpretaba este diestro el arte de Cúchares.

Es alentador recordar la obra taurina plagada de arte y de misterio de un hombre como Sánchez Puerto que, iba para torero grande y se quedó en eso, un torero grande al que las empresas no quisieron rescatar, quizás por miedo, por desidia o por temor a que, envalentonado como estaba con su arte, podía poner firmes a unos y a otros. No llegó donde quería, eso es público y notorio, pero ha dejado su obra, su estela inmortal la que nadie le podrá arrebatar; le quisieron quitar de en medio, incluso robarle la cartera, pero lo que nadie consiguió fue extrapolarle su arte, el que tantos años después sigue enardeciendo a los nuevos aficionados que, según me han contado, miles de personas que vieron dicho reportaje quedaron ahítos de placer ante tan suculento manjar el ofrecido por el diestro de Cabezarrubias del Puerto en el citado reportaje.

Fijémonos que, el programa se circunscribió junto a tres toreros, Sánchez Puerto, Víctor Puerto y Eugenio de Mora que, los dos últimos citados, en su momento, le dieron varias vueltas a España, Francia y América, razón muy lógica para que en dicho programa nos mostraran las excelencias que ambos toreros expandieron por los ruedos del mundo con su arte. Pero tiene su “aquel”, como diría el otro, que el “triunfador de la tarde” como se diría coloquialmente tras una corrida de toros, no fue otro que Sánchez Puerto puesto que, sin aureola de figura ni nada que se le parezca, supo cautivar especialmente al público de Madrid que, en tantas ocasiones, ilusionados, acudían a verle.

Me gustó mucho el programa citado porque, sinceramente, le rindieron honores a un hombre que se los ganó con su arte, de forma muy concreta en la plaza de toros de Madrid, amén de sus otros éxitos en Ciudad Real y demás plazas en las que actuó. Muchas fueron las secuencias que nos mostraron de Sánchez Puerto pero, hicieron especial hincapié en la única corrida de toros de Victorino Martín que Sánchez Puerto lidió en toda su carrera taurina; una faena que, como dijo el locutor, qué pena que los toros tengan hueso, por el fallo a espadas de Antonio con aquel toro que, tras aquella gran faena, en el ruedo de Madrid se quedó para siempre el arte del torero y el cortijo que debería de haberse comprado tras aquella faena sublime.

La vida es como es y no como nosotros quisiéramos que fuera y, en la actualidad, Sánchez Puerto, sin amargura ni rencor, sigue disfrutando del toreo puesto que, como mostramos en la foto del pasado sábado, aunque sea con becerras a modo, el diestro paró los relojes y para él no ha pasado el tiempo, la imagen que mostramos dice más que mil millones de palabras.