Si analizamos el último cuarto de siglo respecto a la sociedad en que vivimos, muy pronto nos damos cuenta de la terrible metamormorfis que ha sufrido la misma, una vicisitud de la que no ha escapado nuestra admirada fiesta de los toros. El giro que se ha producido en nuestra vida es algo dramático, una situación que, obviamente, ha venido dada por culpa de la política que, como siempre, es la culpable de todos los males de un pueblo.
Si de toros hablamos, ¿quién nos tenía que decir que, nuestra Fiesta sería vilipendiada, cuestionada, odiada, arrinconada y malherida por unos indeseables? ¿Cuál es el resultado de tales infamias? El que tenemos en la actualidad que, para desdicha de todos, dicho mal se ha hecho presente en todas las partes del mundo. Es como un tsunami que se ha llevado todo lo que ha encontrado en su camino y, lo que es peor, no existe remedio alguno para revertir la situación.
Dicen que los toros han perdido adeptos, incluso cuestionamos los males que existen dentro de la organización taurina y, seguramente no nos falta razón pero, a su vez, deberíamos de convenir que malas praxis, en los toros las ha habido siempre pero, las mismas no trascendían puesto que, era tanta la pasión que dicha fiesta despertada que, lo demás eran cosas sin importancia alguna pese a que, muchas, la tenían toda, pero ahí estaba la crítica que denunciaba todo.
Entiendo ahora a toreros coetáneos míos que, los pobres, no logran entender la metamorfosis a la que aludo y la que tanto daño le ha hecho a una fiesta que siempre fue el referente español ante el mundo. Yo sí lo entiendo todo porque, para desdicha de los toros y de la sociedad española, desde que entró en el poder un indeseable y aberrante tipo llamado Zapatero, la sociedad española entró en una decadencia de la que jamás saldremos y, como es notorio, los toros no escaparon de aquel horrible maleficio dictado por un ser nefasto del que, tantos años después, seguimos sufriendo aquellas miserias.
Cuando vivíamos en plena normalidad –y se demostró con Felipe González en el poder- el malnacido Zapatero destrozó a España con su infame política, con sus mentiras, con sus patrañas en las que, desde el primer momento que llegó al cargo le dio alas a los separatistas, animalistas, asesinos, violadores, convirtiendo a dichas sagas en gentes de “bien”, hasta el punto de que se perdió el respeto por todo lo de antaño y, si cuatro hijos de puta no les gustaban los toros, tenían alas para poder destruir todo aquello que no era de su agrado y, las tenían con el beneplácito de tan nefasto personaje nombrado que, consiguió lo que parecía imposible, que nos perdiésemos el respeto, de ahí la hecatombe citada.
Y así vivimos, sin el menor respeto puesto que, si el tal Zapatero produjo efectos devastadores en la sociedad en que vivimos, tenía que llegar Pedro el cruel para superarle y, lo ha hecho con creces. ¿Qué daño les hacía la fiesta de los toros a tantos miserables con aires asesinos? Eso, sencillamente, establecer la dictadura para demostrarnos a todos que, borregos de nosotros, en su momento, les dimos nuestro voto. Había que eliminar dicha fiesta, se empezó por Cataluña en que un cordobés, clausuró los toros en dicha región de España. ¡Olé por sus cojones, José Montilla!
Luego, claro, entre socialistas, podemitas y demás especies criminales, la Fiesta se sostiene con alfileres porque, como sabemos, muchas plazas de toros han sido clausuradas por dichos criminales. Han creado una propaganda contra la Fiesta, han prohibido los toros en TVE, ese canal que pagamos todos, han comprado a cientos de medios de comunicación para que obvien los toros, siendo así, ¿a qué más podemos aspirar? Recordemos, como dicen los publicitas, que todo aquello que no sale en televisión no se vende. ¿Queremos entonces que se vendan los toros cuando nos los ocultan en el último rincón?
Esos medios de toda índole han masturbado la mente de las gentes no para que tengan orgasmos de felicidad, más bien para todo lo contrario y, de tal modo es muy difícil ganar la batalla. Como decía, lo más bello que teníamos, el respeto, eso se ha perdido por completo. Por dicha razón, nuestra sociedad camina hacia el abismo y, como antes conté, los toros son el reflejo del momento en que vivimos puesto que, matar casi resulta gratis, violar es apenas un broma, hacer un golpe de estado hasta queda impune mientras que, matar una rata en tu casa te puede costarte la ruina de por vida. Con la mano en el corazón, la pregunta es obligada, ¿estamos regidos por políticos o por una saga de auténticos hijos de puta? Que responda el que sepa.
Como anécdota, puesto que de toros hablamos, añoramos la época de Felipe González en la que, por ejemplo, Alfonso Guerra se bajaba hasta Sevilla porque toreaba Curro Romero. ¿Acaso no podían convivir el socialismo con los toros? Digamos que, el socialismo nunca fue bueno para ninguna sociedad en que han gobernado dichos personajes pero, como dije, en aquellos años de Felipe González, éste jamás cuestionó nuestra fiesta y, además, muchos de sus ministros eran partidarios de los toros y, los que no lo eran ejercían el debido respecto a dicha Fiesta y, por encima de todo a la sociedad en que vivían.