Lo que no sospecha la gente es que, respecto a la pandemia que hemos sufrido, algo creado por las multinacionales y gobiernos para acabar con el ser humano, que todo lo malo está por venir; no ya en el mundo de los toros que es el que nos ocupa, más bien en todos los órdenes de la sociedad en que, además de morir cientos de miles de personas, se ha sembrado el caos económico a nivel mundial que, como digo, era lo que pretendían. En España, sin ir más lejos, al margen de los toros han cerrado miles de empresas mientras que, lógicamente, millones de personas han quedado en la miseria.

Bien es verdad que si analizamos el mundo de los toros, que no deja de ser otra “industria” más de la que viven miles de personas, ésta ha quedado dañada hasta lo inimaginable. Creo que jamás se podrán cuantificar las pérdidas que se han producido en nuestro mundillo taurómaco. Claro que, el horror de todo lo que estamos sufriendo es incalculable porque, dicha pandemia no ha nacido por las buenas; todo ha venido por las causas que antes apuntaba en que, el capital y los políticos les ilusionaban secuestrar al pueblo y, a fe que lo han logrado.

Algunos sectores de la sociedad han podido escapar del secuestro antes dicho pero, en lo toros, como es notorio, seguimos amordazados puesto que, las condiciones en las que obligan a montar una corrida de toros son paupérrimas, por no decir imposibles. Los toros seguimos siendo los apestados de la vida porque, por ejemplo, hace muy poquitas días, en una plaza de toros vimos a un cantante de moda con la plaza atiborrada de gente.

¿En qué quedamos, tenemos que mantener distanciamiento entre unos y otros o es una cuestión solo para seguir jodiendo a la fiesta de los toros?

El daño es tremendo y, lo que es peor y nunca nada deseable, es que si algún día volvemos a la normalidad, cosa que dudo mucho porque ya se han encargado “ellos” de que vivamos la tercera guerra mundial, pero sin bombas ni armamento. ¿Lo duda alguien? Lean e infórmense puesto que, lo que se dice datos, libros y análisis los tenemos por doquier y, lo que es mejor, por plumas doctas y autorizadas en materia. Decía que, mi temor, si algún día retornamos a lo que nunca deberíamos de haber pedido, la libertad como individuos, me temo no es otro que las condiciones que ahora se imponen a los toreros y a los ganaderos, no se torne en otra pandemia mandita, en este caso, congregada dentro del mundillo taurino; ese es mi dolor que, sin duda, me corroe el alma.

¿De qué pandemia hablo? Esencialmente de las condiciones en que ahora se montan las corridas de toros puesto que, sin apenas gentes en los tendidos, no hay dinero para nadie y, como confesó hace muy poquitos días Manuel Escribano, que tienen que torear por los gastos viniendo muy bien la cosa. ¿Y quién nos dice que, sin un día volvemos a la normalidad, lo de los gastos se convierta en una norma que, en muchas ocasiones ya ocurría antes?

Recordemos que, pícaros, dentro del mundo de los toros los tenemos por doquier y, algunos, hasta con traje y corbata; gentes sin escrúpulos que estrujan y asfixian a los toreros humildes para llevarse ellos la gran tajada que, en muchas ocasiones, cuando éramos normales, tantas veces ocurría. Siendo así en que la miseria se ha instaurado –por fuerza mayor- dentro de los toros, el gran miedo es que, como dije, se convierta en una norma en días venideros.