Es cierto que la corrida de Adolfo Martín lidiado hoy en Madrid ha desesperado a todos porque, lógicamente, el hierro de Albaserrada se esperan siempre los mejores éxitos pero, no ha podido ser. Toros más bien blandos y sin apenas opción de éxito pero, para su fortuna, Rafaelillo se ha encontrado en su primero con el toro más noble del encierro que, pese a tener mucho que torear, Rafaelillo lo ha entendido por ambos pitones. Madrid se ha emocionado con el diestro que le ha vitoreado en un vuelta al ruedo aclamada tras cortar una oreja justísima, lograda tras una faena importante por ambos pitones y rematando de una colosal estocada.

Cualquiera se emociona con el triunfo de este hombre que, con una hoja de servicios como la suya es para destocarnos porque, como digo, en su carrera, mariconadas las justas; digamos que todo lo contrario porque triunfar, como hoy lo ha logrado en Madrid no es tarea baladí. Rafael ha saboreado unas ovaciones que le han sabido a gloria pura. No era para menos. como digo, todo un éxito legítimo el de este hombre que, una oreja le reportará muchos contratos, al menos para seguir batallando en ese circuito donde los héroes tienen cabida y, como ha sucedido hoy en Madrid, que hasta le hemos visto torear con esa pureza que él siempre sueña. Su segundo se ha rajado por completo y, tras el esfuerzo, Rafaelillo no ha podido completar su sueño pero, seguro que se ha marchado con el sabor maravilloso tras su admirable paso por Madrid.

Otro hombre que ha rayado a una altura insospechada ha sido Escribano que, como tantas veces demostrara, se ha jugado la vida de verdad ante un toro complicadísimo que le queria partir en dos mitades. Ha tenido una de sus mejores tardes como banderillero y ha puesto seis pares de tremenda exposición para jugarse la vida de verdad, lo que ha hecho mas tarde muleta en mano en su segundo enemigo. Su primero era soso, sin fuerzas y sin el menor atisbo de faena. Repito que, sin relumbrón del éxito final, Manolo Escribano ha estado hecho todo un tío con toda la barba, con una dignidad emocionante y con una actitud digna de encomio.

Lo de Taalvante es mejor no recordarlos. No entendió para nada a su primero del hierro titular y, como quiera que le devolvieron el segundo, que era lo que él quería, le sacaron uno de Garcigrande que se lo había traído en la furgoneta y, justicia divina, era un burro en toda regla. No tenia peligro alguno pero, son esos toros de las figuras que aburren a todo el mundo. Aquello ha acabado en bronca por todo lo alto que, en realdad, era lo que el diestro merecía.