Madrid es libertad, es el eslogan de la señora Díaz Ayuso que, como sabemos, se ha pronunciado a favor de la fiesta de los toros afirmando que sí se celebrará el festival del 2 de mayo en Las Ventas, así como la ya programada feria de San Isidro en la plaza de toros de Vista Alegre. Lo dicho es una noticia que nos ilusiona a todos, incluso los que vivimos lejos de Madrid pero que, como españoles, sabemos lo que representa la capital de España para el devenir de todo el país, al que antes diríamos nación.

Sin lugar a dudas, los ataques frontales hacia la fiesta de los toros por parte de Pedro El Cruel o, como diría Carlos Herrera, “Su sanchidad”, son de una dureza extrema; nadie medianamente sensato podríamos imaginar que pudiera haber un político tan nefasto como el tal Sánchez que, al parecer, lo de los cuernos no le gusta un pelo. El tipo referido debería de saber que, antes de que él fuera el presidente del gobierno, es decir, hace trescientos años ya tenían lugar los toros en España o sea que, no debe de preocuparse que la fiesta taurina no la inventó Franco que, el muy estúpido, hasta cree que es así porque no se entiende de otra manera esos ataques furibundos contra nuestra bendita fiesta de los toros.

Con toros o al margen de ellos, Madrid, como Comunidad, le ha demostrado a Sánchez cómo se hacen las cosas y, no lo digo yo, lo dicen los datos, las estadísticas y las cifras en todos los órdenes puesto que, mientras en España se han arruinado miles de empresas, Madrid sigue resistiendo y, lo que es mejor, creciendo pese a la pandemia. Madrid construyó un hospital en menos de “cinco minutos” para albergar a tantos enfermos que, como era notorio, Sánchez pasaba olímpicamente de ellos y, no contento con su desidia, de ganar las elecciones, dicho hospital lo quieren convertir en una discoteca, lo que viene a demostrar que esta pandilla de políticos de izquierda no tienen sentido común ni saben cómo se trata a sus semejantes enfermos.

Cierto es que, uno tiene que rasgarse las vestiduras al escuchar al apestoso de Iglesias cuando afirma que en Madrid son todos rojos; según este tipo millonario de última hora gracias a la política, el setenta y cinco por ciento de los madrileños quieren votar para tener hambre y miseria, es decir, a la izquierda. Hombre, ignorantes los habrá, pero no creo que en esa medida porque como todo el mundo sabe, mientras en España nos gastamos cientos de millones para poder recibir una herencia, en Madrid dicho impuesto no existe, solo por eso, la Comunidad citada ya debería de tomar nota. El impuesto más criminal que azota a España, en Madrid está exento. Recordémosle a la gente que, en la actualidad, el sesenta y cinco por ciento de las personas que heredan, desechan dicha herencia porque no pueden hacer frente al impuesto tan criminal como bárbaro a los que les someten.

¿Cómo es posible, según los expertos, que Madrid sea la comunidad que más dinero recauda teniendo los impuestos más bajos de España? Ojo al dato, como diría García que, la cuestión tiene mucha lectura. Dicho lo cual, como tantas veces dije, en política no es cuestión de siglas, más bien de lógica pura y aplastante. Si los hechos conseguidos en Madrid en beneficio de todos los madrileños fueran obra del partido Comunista, habría que felicitarles pero, no está hecha la miel para la boca del asno.

Todo viene a certificar que, Madrid, además de libertad, es progreso en todos los órdenes y, los toros no quedan a la zaga, la prueba es lo antes dicho porque, Isabel Díaz Ayuso, además de ser una gran gestora en su Comunidad, de igual modo es aficionada a los toros que, dicho lo cual, hasta podría no serlo, pero se le aplaudiría de igual modo porque si no lo fuera, con toda seguridad que respetaría nuestra fiesta. Es más, al respecto de los toros, se puede ser de izquierdas, ser aficionado y tener cerebro, Emiliano García Page es un ejemplo de lo que digo.

Todo nos hace sospechar que, pasado el cuatro de mayo, si reina la cordura en Madrid y gana las elecciones la señora Ayuso, Sánchez quedará destronado para siempre y, el bobo al que ha puesto como candidato tendrá que darle trabajo aunque sea de jardinero en La Moncloa. El problema de Gabilondo no es que sea de izquierdas que ya es un pecado, pero la gravedad del asunto es que sin darse cuenta, mueven sus hilos como si fuera una marioneta sin alma que, en realidad, lo es. Su Sanchidad se ha puesto al frente de la campaña y, cualquiera, de no ser estúpido, hubiera abandonado pero, como vemos, a los dirigentes sociatas les gusta tener un amo que les dirija, caso de Gabilondo que, como ha demostrado tiene pocas piezas de Alemania.