En estos días hemos podido escuchar a la señora presidenta de la Comunidad de Madrid a través de los micrófonos de Movistar, Isabel Díaz Ayuso y, la pobre no termina de definirse, algo que nos huele a cuerno quemado. Es decir, de su boca salen palabras muy esperanzadoras pero, la realidad nos muestra todo lo contrario. La gran verdad es que sigue sin haber toros en Las Ventas y el personal ya está cabreado. Hechos son amores y no buenas razones, señora presidenta.

Por otro lado, días pasados pudimos leer una entrevista que concedió Simón Casas a un diario y, tras leer al productor francés tenemos claro que, a este paso no habrá toros en Madrid nunca en la vida porque, según Casas, Madrid solo acumula que pérdidas, hasta el punto de que, como confesó Simón, ni él cobra un sueldo de su gestión en Las Ventas. Vamos que, tras saber de sus intenciones y con todo lo que ha contado, Simón Casas, ante semejante ruina madrileña le está faltando tiempo para renunciar como empresario de dicha plaza y dedicarse a otros menesteres. ¿Por qué no lo hace? Encima, cuenta milongas y quiere que nos las creamos. Si una empresa no funciona se cierra y punto. En su caso, si la situación es tan deficitaria, como él decía, con abandonar ya está solucionado el problema; una retirada a tiempo es siempre una victoria.

Habla Simón Casas en su conversación con el periodista en la que pontifica esos cientos de miles de euros que dice que cobran los diestros en Madrid. ¿Qué toreros, amigo? Es posible que media docena de toreros exijan un dinero fuerte que, en realidad, yo se lo daría siempre y cuando pongan el no hay billetes. El resto de la torería, todos acuden a Madrid, como a cualquier plaza, por lo que haya y eso es una realidad más grande como que existe Dios.

Sigo creyendo que Simón Casas nos toma al resto de los mortales por tontos del culo con sus afirmaciones llenas de palabrería barata. Según él, insisto, es imposible dar toros en Madrid porque las figuras piden el oro y el moro y, esas mismas figuras actúan en todas las plazas de Alberto García con un aforo limitadísimo y dicho gestor sigue dando toros todos los días. ¿Cabe otro ejemplo más clarividente para ridiculizar a Casas?

El principio para solucionar cualquier pleito no es otro que el diálogo y, al parecer, La Comunidad y empresa están enfrentadas. ¿Qué hacer? Lo dicho, dialogar que mucha falta les hace. Si hay que rebajar el canon habrá que hacerlo; lo que fuere, pero Madrid no pueda quedar en ridículo ante el mundo. Analicemos la cuestión que el asunto tiene mucha lectura. Ahora resulta que las figuras actúan en Vistalegre ante dos mil personas y, no sé su caché ni me importa, pero la realidad está de puro manifiesto. ¿Y si lo hacen en dicha plaza qué motivos habrá para que no lo hagan en Las Ventas cuando, como se sabe, hay un aforo permitido para seis mil personas?

En este conflicto no debemos olvidar a Miguel Abellán, el que fuera matador de toros y ahora ostenta el título de ser el director del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid. Imagino que esa figura debe ser para mediar entre empresa y comunidad o, ¿acaso Abellán es una imagen decorativa? Muchas son las preguntas que nos hacemos pero no hallamos respuesta que nos convenza.

Seis mil personas de aforo permitido en Las Ventas y dicen que no se pueden dar toros. Yo he visto a Morante en Cantalejo, una plaza con cuatro mil localidades y, no se llenó; Morante y dos compañeros de élite. ¿Dónde está el problema? Es más, Madrid es la única plaza del mundo donde si no van las figuras no pasa nada porque hay treinta toreros del gusto de la afición madrileña que, sin duda alguna llenarían ese aforo ridículo del que se habla. Digamos que, si no se pueden pagar esos sueldos astronómicos de los que hablaba Simón Casas, con seis mil personas y el elenco de toreros a los que me refiero se pueden dar toros todos los días. Insisto que, posiblemente haya que rebajar el canon por aquello de los gastos generales fijos que tiene la empresa pero, hasta un niño chico podría entender lo fácil que resultaría solucionar el problema mediante el diálogo.

Lo lamentable es que ambas partes se enzarcen en un conflicto “bélico” donde no quieran dialogar mientras pasan las semanas, se dan toros en cualquier villa de España y, en la primera plaza del mundo, la que reúne todos los requisitos imprescindibles para poder dar toros, es la única que sigue cerrada a cal y canto.

Lo dicho, las buenas palabras de la señora Díaz Ayuso tienen que convertirse en realidades en un brevísimo plazo de tiempo porque, como Ayuso debe saber, muchos de sus votantes, miles diría yo, son amantes de la fiesta de los toros y le dieron su voto sabedores de que, de haber caído la comunidad en manos de los asquerosos comunistas, Las Ventas sería un patatal en estos instantes. No solo de pan vive el hombre; es decir, lo de las buenas palabras es alentador, pero lo que nos llena el alma son las realidades. Madrid no puede estar un minuto más sin toros.