La empresa de Madrid a la hora de hablar de sus carteles para la primera plaza del mundo, se han jactado de que en dicha feria son muchísimos los toreros jóvenes que vienen a confirmar su doctorado, un hecho que les llena de gloria a los chicos que han conseguido dicho galardón. No es mala cosa que un chaval nuevo pueda confirmar su alternativa en Las Ventas, todo lo contrario pero, aquí viene el quid de la cuestión. Vistos los carteles y sin profundizar en el menor análisis, vemos mucha generosidad por parte de la empresa el convocar a tantos toreros jóvenes para refrendar su doctorado, todo un hito en lo que a dicha feria se refiere.

No estamos hablando de que la empresa haya tenido un gran gesto de generosidad con los chavales confirmantes; es lo que parece pero, el trasfondo es muy distinto. De que es una realidad nadie lo puede obviar pero, si nos adentramos en el análisis, más de uno puede quedarse piedra al saber la verdad de los hechos. Al aficionado debemos de contarle las cosas como son para que sepan de primera mano que nada es casualidad en el mundo de los toros, todo tiene un motivo que, aunque aparentemente no se perciba, existe por completo.

Veamos. Las máximas figuras del toreo no quieren nunca abrir un cartel porque, según ellos es un fastidio; la gente no ha terminado de entrar, se están acomodando, razones que les impiden entrar en materia en lo que al primer toro de la tarde se refiere. ¿Solución? Muy sencilla. Ante todo, los Morante y compañía, si fueran capaces de afrontar cualquier reto, hubieran pedido a la empresa que, para atreverse al compromiso de ser el primer espada que de hecho se hubiera contratado, por ejemplo a Finito de Córdoba o Juan Mora, dos artistas consumados con muchos años de alternativa pero, jóvenes y cuidados para poder desarrollar su profesión con dignidad, torería, gusto y empaque natural que, para nada desdeñarían en cualquier tipo de cartel pero, los citados diestros tienen mucho “peligro” razón por la que las figuras huyen de dicha “quema”.

No queriendo aceptar el reto que termino de exponer, los señoritos del toreo tiran de la otra cuestión que les favorece por completo y no abren plaza, la confirmación de alternativa de varios chavales puesto que, como quiera que al confirmante le cabe el “honor” de matar el primer toro, con esta cuestión ya tienen resuelto el problema de no tener que abrir plaza los mandones del toreo. Como vemos, todo está estudiado al más mínimo detalle, nada es casual en la vida y mucho menos si de toreros hablamos. Ahí están las pruebas.

Lo dicho es lo que concierne a los señoritos del toreo que, de tal manera se quitan de la responsabilidad de tener que abrir plaza pero, en su segundo lugar, visto desde la óptica de la empresa,  el negocio es redondo. Una figura que se lleva su buen dinero, uno de menor nivel al que se arregla con poca “plata” y un tercero, el confirmante, al que le queda para tabaco. Pero como quiera que las ilusiones de los que empiezan sean admirables, fantásticas y dignas de elogio, nada les importa porque, en realidad, lo que todos sueñan es que suene la flauta para que les embista un toro y de tal modo enderezar su carrera.

Pese a todo, son muchos los toreros que aparecerán por Madrid puesto que se trata de una feria muy larga que, de no ser por su extensión, más de la mitad de los toreros anunciados no los veríamos de ninguna manera. La estrategia comercial ha funcionado a las mil maravillas; todo está estudiado para ganar mucho dinero, el problema puede venir si la gente no pasa por taquilla en la forma que se les espera. Para que las calamidades sean todavía más grandes, uno de los grandes triunfadores de la campaña 2019, tiene que acudir a Madrid por lo que sea, arrodillándose ante la empresa y suplicar que le den seis toros para él solo porque, la empresa, en el momento de la confección de los carteles ni siquiera le llamaron. Hablo de Paco Ureña al que Dios quiera que le embista alguno de los seis toros que ha elegido porque, de lo contrario estaría firmando su sentencia de “muerte” artística.

En la imagen vemos la alternativa de Tomás Rufo, un chaval que, por lo que se deduce, ha caído de pie entre el taurinismo, que gane dinero será otra cuestión muy distinta pero, en principio le están dando cancha.