Sin duda alguna, si existe un hombre agradecido a Morante ese señor se llama Paco Galache, una persona que no cabe dentro de su ser porque el diestro de La Puebla ha sido capaz de enfrentarse a sus toros, razón por la que el criador de reses bravas salmantino le rinde pleitesía al gran torero andaluz.

Paco Galache está feliz de que una figura del toreo haya apostado por sus toros puesto que, en los últimos años, el ganadero charro lidiaba en plazas de mala muerte y con toreros sin el menor relieve. ¿Qué pasa que sus toros son mejores ahora que hace unos años? Por nada del mundo. Dicha ganadería ha sido un icono en España durante muchísimos años, hasta el punto de que, por momentos, la crítica enjuiciaba a los toros como “guirlaches” por aquello de su dulzura.

Como quiera que este gran señor de la ganadería brava salmantina no quiso nunca envilecer sus propios toros, de la noche a la mañana se encontró con la salvedad de que sus pupilos tenían ese punto de casta, -por otra parte tan necesario en un toro- del que huyen despavoridos los toreros. Como vemos, cuando un toro aporta grandeza para el espectáculo y la satisfacción de los aficionados, los toreros se rajan y se marchan todos en la búsqueda de la rama Domecq que, en realidad es lo que les satisface porque no les crean problema alguno.

Claro, que Morante haya apostado por los toros de Galache y ponerlos en valor ante los aficionados, para el ganadero, ese es el gran premio que el hombre necesitaba porque si se enfrenta Morante a sus reses, lógicamente, el resto de los toreros famosos, alguno de ellos secundará al más artista que tenemos en la actualidad y, como explico, Paco Galache está que no cabe de gozo ante la apuesta que ha hecho Morante, algo que empezó el año pasado y que ha refrendado en la actualidad.

Los toreros, digamos las llamadas figuras del toreo habría que recordarles que los de Galache no tienen nada que ver con los de José Escolar, por poner una ganadería emblemática. Son animales con cierto picante algo que entendemos como casta pero, a su vez, cuando sale el auténticamente bravo –que se lo pregunten a López Chaves- si el torero es capaz le encumbra hacia lo más alto. Hablamos de una ganadería que era santo y seña durante muchísimos años, que pasó la llamada travesía del desierto pero que, en los últimos años, aunque los mataron los sin fortuna, los toros seguían embistiendo.

Es cierto que, además de Paco Galache como ganadero, los aficionados le tributamos una ovación a Morante por apostar por una ganadería emblemática al que los toreros tenían olvidada. Pudimos ver la corrida de Salamanca y, por Dios, las firmábamos todas como aquella, no queremos más. Al margen de la faena bellísima de Domingo López Chaves, en la que le cortó dos orejas  a su primer enemigo y se erigió triunfador de la feria, Morante dio una auténtica lección de torería al más alto nivel. El menos afortunado aquella tarde fue Alejandro Marcos pero, cosa lógica porque a ningún ganadero le salen seis toros de triunfo en una misma tarde. Fijémonos como son las cosas, mientras Paco Galache elogia a Morante por matar sus toros, los mismos, en las manos de Domingo López Chaves le parecían los guirlaches de antaño. ¡Qué diferencia tan grande aquello de ser pobre o rico!

Yo entiendo la gratitud de Paco Galache hacia Morante pero, en calidad de aficionado debo decir que, el diestro, al respecto, tampoco ha inventado la pólvora, lo que sí ha hecho es ridiculizar a sus compañeros puesto que, las corridas que José Antonio ha matado del ganadero de Salamanca, lo ha hecho con toda la naturalidad del mundo, dejando, como digo, con el trasero al aire a sus compañeros figuras. Como pudimos ver en Salamanca, los toros de Paco Galache no se comen a nadie, lo que sí piden es tener delante un torero capaz porque, como se decía antaño, muchos de sus toros llevan colgados en sus pitones un cortijo.