Nosotros que somos críticos por pura naturaleza por aquello de que las cosas se hagan lo mejor que se puedan, partiendo siempre de la base de aquello que entendemos como la verdad y la justicia, precisamente en un mundillo en que ambos factores rara vez suelen coincidir, salvo que sea en la parte humilde del escalafón, en estos momentos hay que alabar a ciertas personas que, con su actitud, ennoblecen la fiesta de los toros que, para mayor riesgo, hasta se juegan su dinero, a sabiendas de que, casi con toda seguridad, lo van a perder.

En una temporada que no ha existido, que ahora, con la práctica totalidad de las ferias de España en vía muerta por aquello de la pandemia que así lo ha decretado, que dentro de este maremágnum que supone la situación que estamos viviendo, las restricciones de todo tipo, la forma en que somos ignorados desde las altas esferas del poder, e incluso defenestrados por el gobierno con sus actitudes chulescas y burlonas, pese a todo y acatando las normas vigentes, que todavía haya hombres capaces de montar corridas de toros, como digo, me quito el sombrero.

No sé hasta dónde rayará la aventura que supone montar un espectáculo taurino con las limitaciones que tenemos encima, por ello, como digo, ver que se anuncian festejos en Osuna, Astorga, Ávila, Málaga, Mérida, Herrera del Duque, Huelva, Estepona, Plasencia, El Puerto……..es para destocarnos ante semejantes hombres que, ávidos de emociones, son capaces de jugarse su dinero que, como digo, hay muchas posibilidades de que lo pierdan; pero no solo los empresarios, incluso meto en el “saco” a toreros, ganaderos y todas las personas que componen el elenco necesario para que se pueda organizar un festejo taurino.

Siempre pensé que, dadas las condiciones de vida que tenemos en que, la libertad total todavía queda lejos, que algunas personas se atrevan a dichas organizaciones taurinas para satisfacer y alimentar el alma de los aficionados que allí se congreguen, los parabienes para ellos siempre serán pocos y, lo que es mejor, a diario vemos que se van sumando otros pueblos de distintas provincias que, poco a poco, van fomentando la fiesta porque, cada cual, a su manera, son muchos los que quieren que la fiesta siga brillando en las plazas de toros.

Sin duda alguna, pese a que en algunos carteles he podido ver anunciado a Enrique Ponce, quiero creer que, el diestro de Chiva se habrá apretado el cinturón mucho más de lo debido que, por otra parte, su actitud, seguro que le honra; y digo que lo habrá hecho porque, como sabemos, la congregación de aficionados será muy militada por aquello del espacio que debe de haber entre cada espectador, razón por la que la taquilla será humilde y, las pérdidas, como digo, muy cuantiosas.

Fijémonos cómo será la cosa que, muchos de los toreros anunciados en las plazas que he citado, la gran mayoría, como explico, no cobrarán ni el “kilo” de billetes de mil pesetas que hizo famoso El Cordobés, allá por los años sesenta. O sea que, mérito, todo el del mundo; no se puede ser más generoso que los toreros que se anuncian en dichos carteles, sabedores, por supuesto, de que apenas cobrarán el llamado “sueldo base”.

Gratitud para todas estas personas capaces de jugarse, unos el dinero y otros la vida, a sabiendas de que la gloria crematística está muy lejos de lo que ellos anhelan. Incluso la gloria artística puede ser pobre dada la poca asistencia de aficionados que, pese a sus posibles vítores no llegarán más allá de la plaza en que se actúe que, por otra parte, cualquier ovación, para estos valientes, seguro que les sabe a gloria. Desde aquí, como digo, ya tienen nuestro aplauso y admiración.

Claro que, lo que suena sospechoso no es otra cosa que no se diga nada de Madrid, justamente, la plaza en la que por su aforo se podrían dar más corridas de toros que en ninguna parte del mundo. Suena zafio que, por ejemplo, veamos anunciada una corrida de toros en Herrera del Duque, incluso con todos de Victorino Martín y, que Madrid siga con sus puertas cerradas nos huele a chamusquina. Barruntamos que, tras ese silencio madrileño se esconde algo raro, yo diría que muy raro porque, como sabemos, hasta los políticos madrileños se han posicionado a favor de la fiesta; tiene bemoles la cosa que, en un lugar como Madrid y teniendo a sus políticos a favor, que la empresa no se haya pronunciado, repito, la cosa chirría de mala manera. Tiempo al tiempo.