Cuando decimos que gane el mejor, sin lugar a dudas, estamos pronunciando la frase más bella y honrada del mundo porque, con lealtad y altura de miras, así lo consideramos porque, siempre que hay algo en litigo lo lógico es que gane el mejor. En el fútbol, por ejemplo, gana siempre el que más goles mete en la portería contraria; en el tenis, el que más set conquista; en los toros, el que más orejas corta….así en todas las actividades de la vida.

Claro que, si dicho aserto lo emplazamos en el mundo de la política ahí podemos llevarnos desengaños tremendos porque, en política, aquello de considerar al mejor no sería otra cosa que votar al que más bienestar reparte entre sus conciudadanos; digamos que, deberíamos votar a los que nos rebajan los impuestos, los que velan por la seguridad de la gente, los que buscan la concordia entre los ciudadanos, los que están en política por pura vocación sin importarles el sueldo que perciben, aunque lo reciban por aquello de emplear su tiempos en dicho menester; los que respetan a todo el mundo, incluidos los toros; los que defienden la igualdad para las gentes como bien reza nuestra Constitución.

Y hablo de desengaños porque, en política, aquello de mentir tiene una rentabilidad increíble, ahí está Pedro Sánchez que ha mentido más que nadie en el mundo y es presidente de España. Es dantesco que, ser el mejor, en política, apenas sirva para nada. Como se ha demostrado con Pedro Sánchez, siendo el peor al igual que sus secuaces, la mentira ha tenido más fuerza que la verdad, por ello estamos abocados al fracaso.

De todos es sabida la animadversión de la izquierda actual contra el mundo de los toros y, como se demostró, miles de aficionados a la fiesta que tanto aman, engañados como conejillos de indias votaron al presidente de turno, a ese cara dura que pretende erradicar los toros de este país y, sin duda, destruir España por completo al más puro estilo venezolano. Digamos que, engañar al elector es lo más sencillo del mundo, de ahí que estemos regidos por descerebrados, los que nos hacen que peligre el mundo de los toros.

Faltan pocos días para las elecciones en la comunidad de Madrid y, quiera Dios que reine la cordura y que gane el mejor, en este caso, la señora Díaz Ayuso que, arropada por la señora Monasterio, con ello bastaría y sobraría para que capitanearan la “nave” madrileña. Con dichas personas al frente de la comunidad, amén de innumerables beneficios que disfrutan los madrileños, éstos les serán aumentados para uso y disfrute de los ciudadanos de la comunidad madrileña. Lo dicho no es metáfora alguna y mucho menos mentira electoral porque, como sabemos, la señora Díaz Ayuso, además de defender la fiesta de los toros tiene los impuestos más bajos de España para disfrute de los madrileños. ¿Se entiende dicho valor como el mejor? Yo diría que sí, es más, rotundamente sí.

Los españoles sabemos que, de ganar la izquierda pestilente en Madrid, además de freírles a impuestos, les quitarán toda capacidad de decisión y libertad porque, el comunismo es eso, exterminio en todos los órdenes; es decir, que todos sean pobres para que los que rigen los destinos de las gentes sean millonarios en el acto. ¿Cómo ha hecho semejante patrimonio millonario el tal Pablo Iglesias, recogiendo fresas en Aranjuez? Y lo peor no es la dictadura que impondrían, lo más sangrante de todo es que nadie tendría capacidad de decisión y, como borregos, así  serían tratados los madrileños, un estigma que más tarde nos llegaría a todos los españoles.

Decía yo que gane el mejor pero, en política, ¿quién es mejor? Está clarísimo. Con tal de no mentir, con ello ya nos deberíamos dar por satisfechos ante nuestros políticos. Eso que hace la izquierda más radical en los últimos días que, para dinamitar la campaña electoral y tratar de derrocar a la derecha en la persona de Díaz Ayuso, aparecen navajas, balas y todo tipo de material bélico en los despachos de los diputados. ¿Qué pasa que ya no tenemos scanner en correos ni en los ministerios que detecten este tipo de artilugios? ¿Se habrá creído alguien dicha patraña?

Y, puesto que estamos ante una publicación taurina, tampoco debemos olvidar, como antes decía, la rabia intrínseca que tiene la izquierda contra la fiesta de los toros, sencillamente porque no saben, ni sienten, ni son responsables de sus actos; son vándalos en todos los órdenes y lo que a ellos no les gusta hay que erradicarlo. La lección la impartió Zapatero y, sus correligionarios le siguen al pie de la letra.

Y digo yo, ¿no podría ser posible vivir en un país libre donde el respeto fuera la norma que rigiera entre las gentes? Podría ser posible, pero ese tipo de política solo está en las manos de los que desde sus tribunas respetan a la gente, nunca del comunismo exacerbado que es una dictadura total y a todos los niveles. ¡Que gane el mejor! Sin duda, el mejor siempre será el que más libertad nos ofrezca para poder seguir trabajando por esta España que amamos.

La señora Isabel Díaz Ayuso en las Ventas, como muestra la foto, una imagen que se repetirá el próximo domingo en el festival de apertura de la temporada taurina en la primera plaza del mundo.