Cuando albergábamos esperanzas de que la monumental de Iñaquito pudiera volver abrir sus puertas, de repente, como si de un mazazo se tratare, hemos recibido de la noticia de que el coso de Quito no volverá a abrir dicha plaza para la celebración de las corridas de toros. En aquel nefasto año 2012 en que, Rafael Correa, un individuo al estilo de Podemos, es decir, con las mismas ideas “revolucionarias” que el indeseable que sufrimos en España, por decreto ley cerró la plaza de toros al más puro estilo de los dictadores que estos energúmenos izquierdosos siempre han criticado.

Rafael Correa, como Nicolás Maduro, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y demás individuos de semejante calaña, criticaban a los que ellos denominaban como dictadores. Lo hacían, claro, porque no estaban en el poder. Una vez que llegaron se comportaron como los más crueles dictadores del mundo, ahí están las pruebas que lo certifican. Como quiera que los toros no les gusten, cierran sus plazas y todos contentos.

Lógicamente, desde que se cerró la plaza de toros de Quito, las fuerzas vivas taurinas del país lucharon con denuedo para que se volvieran a dar toros en el centro del mundo. Todo parecía indicar que, al final, la Corte Constitucional de Ecuador velaría para que los toros fueran una realidad, la que nunca debería de haber desparecido. Al final, nuestro gozo en un pozo. Al margen de lo que diga o pudiera decir La Corte Constitucional, el alcalde de Quito, un individuo llamado Jorge Yunda Machado, ha prohibido, por decreto ley, es decir, por mis cojones, que dicha plaza no volverá a dar toros.

El tipo citado, como los que tenemos en España, se confiesa defensor abierto de los animales y que éstos, por nada del mundo deben de sufrir ningún maltrato. Eso sí, mientras defienden a los animales, en este caso en Quito, cierran su plaza de toros para que no sufran los animales pero, cientos de miles de quiteños viven en los suburbios de la ciudad sin casas, sin agua, sin luz y, cobijados apenas por unas chabolas indecentes. Está claro, como quiera que sean seres humanos, que les parta un rayo ¿verdad? Eso sí, los nefastos políticos abogan por los animales pero, como en el caso citado, a los compatriotas de Jorge Yunda Machado, como se demuestra, que sigan penando. La culpa la tienen ellos por no haber nacido animales.

Pensar que la historia es la misma tanto en América como en España, cualquiera tiene ganas de ponerse a llorar. ¿Quién nos tenía que decir, hace veinte años, que la vida de un animal tendría mucho más valor que la de un ser humano? Nadie lo hubiéramos pensado en aquellos momentos porque, entre otras cosas, es inhumano pensar de dicho modo, pero ahí tenemos la dura realidad que nos azota, tanto en toda Hispanoamérica como en esta España descerebrada que han construido unos maquiavélicos personajes a los que, al paso del tiempo, sea éste el que les pueda dar su merecido.

Insisto que, en España sucede lo mismo que, allende nuestras fronteras. Todo empezó en la época de aquel maldito indeseable llamado Zapatero, un tipo que destrozó a España, promulgo la ley del amparo de los animales, disfrutó legalizando el matrimonio entre maricones y, lo que es peor, dejó a su país como un solar desmantelado. Fijémonos si el tipo tiene tintes de criminal que, como hace Pablo Iglesias, sigue defendiendo a Nicolás Maduro; sí, estos tipos aberrantes que hablan de democracia, todos apoyan la dictadura de Maduro. Claro que, no es lo mismo que una dictadura sea de derechas que de izquierdas; mientras sea de izquierdas, bendita dictadura ¿verdad?

Lo peor de todo es ya nada nos sorprende, estamos acostumbrados a las peores noticias, a las más funestas realidades puesto que, pensar que no habrá toros jamás en Quito, ello nos tiene sin cuidado, como nos pasó con Barcelona cuando aquel tripartito criminal encabezado por un socialista llamado José Montilla, cerraron la plaza de la Ciudad Condal para siempre. Y a todas esas canalladas, estos tipos que dicen gobernarnos le llaman política progresista. Que baje Dios y lo vea y, a poder ser que nos lo explique porque nosotros, como humanos no lo entendemos.

Hay que enfatizar siempre no lo mismo, mientras nuestros gobernantes abogan por el cuidado de los animales, prohibiendo, además de los toros en muchos sitios, el circo y todos aquellos espectáculos donde el animal era el rey del espectáculo, mientras que los seres humanos les importan absolutamente nada. Ahí está, por ejemplo en Madrid, esa Cañada Real en la que viven miles de personas que, para mal mayor, les faltaba la nevada de los últimos días, porque sin trabajo, ni luz, ni agua ni nada que sirva para ayudar al ser humano, allí están, al amparo de Dios porque lo que se dice de los gobernantes, nadie ha hecho absolutamente nada por estas personas que no tienen ni lo más elemental para vivir.

Ese Pablo Iglesias que siempre defendía a los pobres, a los suyos como él les definía, ahora, como ya está rico y tiene todo el poder en sus manos, a los pobres que les parta un rayo, por eso, por haber nacido pobres. ¿Verdad? Hay que joderse con estos tipos ricos de nueva ola y con todo el poder en sus manos. La pregunta es obligada, ¿creíais, indigentes de España, que ese sujeto que hablaba de la defensa de vuestros derechos os iba a ayudar alguna vez?  Decía, entre otras muchas promesas que rebajaría el precio del recibo de la luz y, la triste realidad es que nos la han subido casi un treinta por ciento y, el descerebrado mencionado no ha dicha esta boca es mía. Mentiras, todo mentiras lo que sale por la boca del social comunismo. Ahí tenéis el resultado. Seguid votándole que tenéis mucho futuro.