Hace unos días pude escuchar un programa radiofónico de RNE en que, cuyo anuncio previo, decían que iban a analizar la figura de Manuel Chaves Nogales, una figura emblemática de las letras de España allá por los primeros años del siglo pasado; es decir, los que conocemos un tanto su obra, al augurio de que se hablara de su persona, con ello nos bastaba y sobraba para que concitáramos toda nuestra atención hacia tan singular personaje.

Manuel Chaves Nogales es un escritor de prestigio mundial pero, en el caso de los aficionados a los toros, su nombre nos sabe a gloria porque, para su fortuna, -y la nuestra- Chaves escribió la más bella obra literaria respecto al mundo de los toros, tomando, como era preceptivo, la figura de Juan Belmonte. Por dicha razón, los amantes de la tauromaquia, gracias a su libro, todos sabemos de la vida y milagros de este insigne escritor; podríamos desconocer otros de sus muchos libros pero, Juan Belmonte, matador de toros, que así se tituló su obra, es inolvidable.

Fijémonos hasta donde llega el sectarismo, en este caso de Radio Nacional de España que, tras hablar un largo rato sobre el escritor sevillano para resaltar su obra, obviaron, de forma intencionada, el libro citado sobre Juan Belmonte. No podemos negar que Chaves Nogales era un narrador fantástico, pero de igual modo, como de todos es sabido, Juan Belmonte, matador de toros, ha sido su obra más leía en el mundo, traducida incluso a varios idiomas, amén de haber tenido más de cuarenta ediciones, algo que no logró en ninguna de sus memorables novelas que, todas, sin distinción, tenían el rango de admirables.

La cuestión estaba clarísima. En Radio Nacional de España, analizaron su obra, vieron que había escrito “algo” de toros y, sin duda, lo obviaron porque, como es preceptivo, todo lo que huela a toros hay que silenciarlo ante la opinión pública. Bien es cierto que los que analizaron la figura de Manuel Chaves Nogales no tenían ni la más mínima idea de quién era el personaje que, para bien o para mal, Chaves, se declaró republicano, hasta el punto de exiliarse a París antes de que terminara la Guerra Civil. Por dicha razón digo que, los que analizaron la figura señera de este escritor inolvidable, como se demostró eran estúpidos por completo; lo digo porque, ya vemos, ahora que mandan en España los republicanos, en RNE no se percataron que estaban hablando de uno de los de “ellos”. Y no lo hicieron porque algo les olía a toros he dicho personaje, de ahí el silencio sepulcral que guardaron ante la obra taurina citada.

Hechos como el citado vienen a demostrar que los entes informativos que dependen del gobierno, todos están llenos de amiguetes para que les hagan el caldo gordo, algo que yo entendería pero, como ha sucedido con la figura de Manuel Chaves Nogales, mucho cuidado que, ante dicho narrador, su obra y su persona son palabras mayores, y lo digo yo que estoy convencido de que una república comunista como la que rige ahora España es el sinónimo del hambre y la destrucción pero, ya vimos, ni por respeto a las ideas de Chaves que, insisto, para el gobierno actual era uno de sus aliados pero, ya vimos, cometió el terrible pecado de escribir el mejor libro de toros que se ha escrito en toda la historia de la tauromaquia.

Hay que ser sectarios hasta la extenuación y, como digo, en esta ocasión, hasta con un hombre que, con sus ideas a cuestas, era republicano; pero como dice la historia, buena gente, noble y, como sus hechos han demostrado, un escritor admirable que, ni el paso de los años ha mitigado en lo más mínimo su figura.

Manuel Chaves Nogales murió siendo apenas un “chaval” puesto que, a sus 46 años abandonó este mundo en Londres a causa de una peritonitis que no se pudo recuperar. Pese a todo, su obra resultó ser una de las más prolíficas de su generación habiendo editado una gran cantidad de libros de cualquier temática, sencillamente porque Chaves era un grande entre los grandes que, como “título” más honorífico, su grandeza era inconmensurable, hasta el punto de narrar el mejor libro de toros en la historia de la tauromaquia, todo ello sin ser aficionado a los toros. ¿Cabe grandeza mayor?

Manuel Chaves Nogales debió ser un tipo genial, singular donde los hubiere, hasta el punto de dictar muchas sentencias sobre la vida, entre ellas, la que escribió un poco antes de exiliarse en Paris. “La crueldad y la estupidez se enseñorea por toda España, razón por la que no me queda otra opción que el exilio”

Y, como digo, que se hable de este hombre en un medio púbico y que se obvie su obra más leída, la más emblemática, la más traducida y la más hermosa que se ha escrito sobre la fiesta de los toros, simplemente porque se hablaba, lógicamente, de la temática taurina, hay que se estúpidos hasta la saciedad para no resaltar su memorable obra. Claro que, en RNE y en TVE todo es posible, a las pruebas me remito.