Harto de leer grandilocuencias respecto a Roca Rey, en frío, como se deben de analizar estas cuestiones tan delicadas, es el momento de que alguien cuente la verdad de lo sucedido en Bilbao con el torero peruano que, como pudimos ver se llevó un par de palizas de órdago, algo que nadie puede esconder y mucho menos, desmitificar. Al respecto, convengamos que no es tan fiero el león como lo pintan. Pero amigos, Roca Rey goza de lo que llamamos la suerte del campeón puesto que, el balón, si lo lanza el Real Madrid –por citar un símil futbolístico- entra siempre en la portería contraria mientras que, cualquier otro equipo, a diario, estrellan muchos balones en el larguero. Es el mejor ejemplo que pueda definir a Roca Rey que, a diario, y como se demostró en Bilbao, goza de la suerte del campeón.

¿Es Roca Rey el torero que más valor tiene en la actualidad? ¡Seguro que sí! Dudarlo sería poner en tela de juicio sus aptitudes y, lo que es mejor, sus actitudes. Es ahora, a siete días de la cogida/s que sufrió en Bilbao el mejor momento para el análisis. Convengamos que, la explosión mediática que produjo el revolcón durísimo que el diestro se llevó, como solemos decir, hay volteretas que valen un par de orejas y, Roca Rey disfrutó de dicho beneplácito. Alguien podrá pensar que quiero restarle méritos a este chico que, como digo, pese a su heterodoxia, valor lo tiene para parar mil barcos y, lo que es mejor, el único diestro de la actualidad capaz de congregar tres cuartos de aforo en cualquier plaza, un dato que es muy revelador de cara a conforme está el toreo. No quiero robarle nada a nadie, nada de eso porque, al César lo que es del César……..

Ahora bien, he visto varias veces las faenas de Roca Rey en la citada tarde y, nadie ha contado la verdad; todo el mundo se ha dejado llevar por las emociones del momento y del todo vale. Los dos toros que le revolcaron ninguno quiso cogerle; en su primero, el toro se lo encontró en su camino y en su segundo, el animal le derribó con su pata trasera para que cayera al suelo Roca Rey pero, aquí viene el quid de la cuestión porque, hasta Emilio Muñoz, en calidad de comentarista dijo que Roca Rey tuvo mucha suerte porque estos toros no tienen saña para con su presa. Sin pretenderlo, Muñoz, dijo una verdad como un templo. Fueron dos toros sin ninguna maldad, su primero quizás un poco más encastadito pero, saña ninguna; en su segundo, un casi inválido que apenas se le rasgó la piel en la puya, era tonto de capirote como dirían por Andalucía.

Explicado el tema, ¿se imagina alguien a Roca Rey haciendo lo que hace con toros de José Escolar, por citar una ganadería encastada y con toros que buscan el cuerpo del torero en cada instante? Nadie lo imagina porque eso no sucederá jamás. Roca Rey, dentro de ese circuito de privilegio del que gozan las figuras es el rey en su menester y si de heridas hablamos, en lo que llevamos de año ninguna figura del toreo ha sido herida por las astas de un toro; hasta Roca Rey gozó del privilegio de ser amnistiado por sus enemigos para el beneplácito de todo el mundo. Hasta el mismísimo don Matías, en calidad de presidente, perdió la noción de lo que estaba viendo para sacar pañuelos a pares. Con lo bien que le hubiera venido a Damián Castaño haber cortado una oreja en la faena más emocionante de la feria frente al toro de Dolores Aguirre.

Nadie pondrá en tela de juicio la paliza que se llevó Roca Rey, algo que lo vieron hasta los niños de pañales pero, frente a un toro encastado aquello podía haber terminado en tragedia. No fue así para suerte del diestro y, lo que es mejor, para tranquilidad de todos los aficionados. Como se comprobó, el diestro tras el primer susto salió para matar el sexto; seguro que estaba maltrecho de la paliza pero, la misma no le impidió salir a torear en un ataque de pundonor, eso es cierto. Pero si de agallas hablamos, Octavio Chacón, herido por un Miura en Sanlúcar de Barrameda, una vez operado en la plaza salió para matar su segundo enemigo y, por supuesto, para lograr un triunfo rotundo. Y ahí tenemos en lecho del dolor a Manuel Diosleguarde -que en esta ocasión no le guardó- con una cornada gravísima inferida por un toro de verdad. De igual modo, a varios novilleros que no tienen más remedio que dejarse la piel en cada actuación y, si hay que regar son sangre el albero, se riega y punto.

O sea que, si de dramatismo queremos hablar podríamos llenar muchas páginas sin necesidad de nombrar a Roca Rey con su gesta que, como dato curioso, en su segundo enemigo, tras el primer muletazo el toro le desarmó, corrió persiguiendo al diestro que, sin “facultades” corría más que una gacela hasta que se metió dentro del burladero. Como dije, la faena no tuvo encanto alguno salvo que, como expliqué, el toro le derribó y otra vez le pasó por encima pero, sin el menor atisbo de saña, por eso salió ileso si de cornadas hablamos. Eso sí, acabó la tarde como el  héroe del año para, tras la “tragedia” reaparecer mañana en Ronda con los animalitos al uso para que siga la parodia y, mucho más, en la plaza de Pedro Romero.

Hay toros y toros. ¿Verdad, Manuel Escribano? Por hacerle la pregunta a un valiente de verdad. Recordemos que, Roca Rey que, como individuo es más listo que El Juli, que ya es decir, administra a todos los toros la misma faena porque, en realidad, sus enemigos salen calcados unos de los otros. Si tuviera que lidiar toros encastados y problemáticos, cambiaría de actitud y, sin duda alguna, estaría cosido a cornadas. Lo he dicho mil veces y lo vuelvo a repetir, ¿cuántos años hace que no recordamos una cornada a una figura del toreo? Sobran las palabras.