Al respecto de cómo o dejará de ser la temporada española en lo que a los toros se refiere, sobran todas las conjeturas o cábalas que queramos hacer al respecto puesto que, la peor pandemia que podría sufrir el mundo de los toros no es otra que el maldito gobierno que nos cayó encima por arte de birlibirloque; es decir, por la unión de unos desaprensivos desalmados que, amparados por la tribu de ignorantes que les votaron, ahí los tenéis “reinando” en España.

Repito que, no hagamos juicios de valor en torno al mundo de los toros porque, mal que nos pese, no ha sido la pandemia la que ha terminado con nuestra fiesta, digámoslo claro, ha sido el nefasto gobierno que tenemos que, veladamente, sin que apenas nadie se diera cuenta, la historia de la enfermedad les ha venido como anillo al dedo para acabar con una fiesta maravillosa que, para desdicha de todos los españoles; rojos, blancos, verdes, bisexuales, presos, curas, políticos y todo aquello que tenga que ver con la raza humana, este año no percibirá el Estado un céntimo de nuestra ya defenestrada fiesta de los toros.

El gobierno sabe – y si no lo sabe se lo anticipamos desde aquí- que, sus partidarios son acérrimos y que nada ni nadie les hará cambiar de opinión respecto a su podrido voto pero, cuidado, por muy retrasado mental que sea un votante, cuando a éste le falte el jornal –y eso pasará en pocos meses- deben de atarse los machos el gobierno entero porque, sin duda que quepa, hasta los más tontos, sin pan, pueden hacer estragos.

Barrunto que, el orden se establecerá en todos los sentidos y en poco tiempo porque, pese a la que enfermedad está bajo control, ese gobierno mentiroso y cruel en todos los sentidos, saben que va en juego la economía del país y si en apenas dos meses la hecatombe ya está servida, imaginemos en lo que queda de año todo lo que puede suceder.

Supongo que, en menos tiempo del que pensamos todo volverá a la normalidad pero, los toros, jamás. Son tan listos, yo diría que sinvergüenzas que, dejarán que se celebren los toros pero, ¿de qué modo? ¿Dejando que entren en una plaza de diez mil espectadores apenas cuatro mil? Si a final de junio la pandemia está controlada por completo y como presagiamos todo volverá a la normalidad, ¿por qué no los toros? Lo dicho, porque eran el punto de mira de este calamitoso gobierno que se los querían cargar de una maldita vez y, lo han conseguido.

Pobre de todo aquel que espere algo en torno a la defensa de los toros por parte de este gobierno que, encabezado por ese tipo con la cara de cartón y cogido por los cojones por el dictador bolivariano con coleta incluida, lo tenemos clarísimo. Como explico, la pandemia les ha venido como anillo al dedo. Como es notorio, ambos siniestros personajes odian los toros con exacerbada maldad pero, no se atrevían a eliminarlos y, aprovechándose la coyuntura de la maldita enfermedad que nos ha confinado a todos –menos a ellos, claro está- RIP para el mundo de los toros. Es lo que hizo ese apestoso y mal oliente venezolano que, por sus cojones, dejó a Venezuela en la ruina. No prohibió los toros pero, si dejas al pueblo sin pan, ¿cómo coño van a ir a los toros? Ahí está el resultado.

Nosotros somos el calco de la pobre Venezuela que, con una diáspora de millones de venezolanos huyendo del hambre y la miseria, el ruin de Iglesias sigue defendiendo al dictador Maduro, claro, lobos entre lobos no se muerden. Todos los imbéciles que se quejaban de la dictadura de Franco sin haberla vivido, ahora tienen un motivo para saber cómo es de verdad una dictadura ya que, de todos es sabido que estos pájaros que dicen representarnos, todo aquel medio que no les gusta lo quieren cerrar y, por ende, encarcelar a sus directores ¿verdad, Eduardo Inda? ¡Y siguen hablando de la libertad de expresión! Si, pero la de ellos para poder criticar al rey, quemar la bandera y demostrar el falso comunismo que llevan dentro. Por cierto, ¿conoce alguien a algún dictador comunista que no haya muerto multimillonario o haya vivido en un piso de cuarenta metros? Eso decía el sinvergüenza de la coleta que, viviría eternamente en Vallecas, en un piso de cuarenta metros y, algunos millones de idiotas se lo creyeron.

Lo lamento por el mundo de los toros puesto que, mientras nos gobiernen estos malditos, todo serán trabas para que miles de personas que se ganan la vida honradamente en este bello espectáculo, todos vayan al paro si es que en verdad tienen acceso al mismo. Lo de este año ha sido la puntilla, dudo que este todo de la incertidumbre pueda levantarse en años sucesivos. Y no será por falta de iniciativa de los hombres del toro que, a ingeniosos no les gana nadie pero, con las alas cortadas poco podrán volar.

En la imagen, la plaza de toros de Caracas, la que era un símbolo en Venezuela y la que el chavismo dejó para sembrar patatas. Dentro de muy poco se sembrarán nabos en muchas plazas de España.