Los hechos consumados, una vez más, me dan la razón. De forma lamentable he dicho miles de veces que el “autobús” está lleno, que no cabe más gente y ni en el estribo pueden colgarse. Dicho en cristiano, para las ferias hacen falta media docena de toreros alargando mucho la mano y, toreros los tenemos por decenas, sobrepasando la centena y casi llegando a los doscientos. ¿Qué futuro les espera a estos chicos? ¿Esperar el milagro? Vaya preguntas que no tienen respuesta.
Dije yo en estos días que, para la mayoría de los toreros no les queda otra opción que despedirse del mundo que aman y dedicarse a otros menesteres y, de forma lamentable pero tan real como la vida misma, Paco Ureña ya ha tomado la decisión que nunca hubiera querido, retirarse del toreo harto de puñaladas, traiciones, engaños, burlas y desprecios. Y lo peor de la situación es que, amparándome en esta cuestión, analizaba yo en estos días el futuro de Paco Ureña y dije que lo veía complicadísimo, no por él que siempre se ha justificado triunfando con rotundidad, pero sí por el cruel sistema que decapita siempre a los que más valen para colmo, son siempre inocentes.
Me duele en el alma tener que acertar siempre en mis pronósticos que, por otra parte tampoco hace falta ser adivino ni tener dotes de mago, con analizar la situación se llega muy pronto a la triste conclusión de que, como siempre dije, hacen falta muy pocos puestos y hay una legión de toreros. Se quejaba Paco Ureña de forma amarga de no haber sido llamado en Valencia, Castellón, Sevilla, ni siquiera en Madrid que, en la temporada de 2019 logró sus mayores éxitos en Las Ventas a plaza llena, incluso saliendo por la puerta grande; pero no debemos de olvidar que, en las otras plazas que he citado, el diestro de Lorca ha triunfado con rotundidad y se le ha dado la callada por respuesta. Aquí se puede esperar todo porque, el pasado año, uno de los diestros más emotivos de la temporada enfrentándose al toro en su grandeza, caso de Sergio Serrano no se le ha llamado ni para asistir a conferencias.
Todo lo que digo es cierto pero, en estos momentos, comparados con los del 2019, han entrado a formar parte del elenco de “figuras” toreros como Juan Ortega, Pablo Aguado, Ginés Marín, el mismo Tomás Rufo al que le están dando cuartelillo. Y si a esas novedades le añadimos que las figuras, especialmente Morante, copan muchísimos puestos en todas las ferias repitiendo hasta la saciedad en las mismas, sin duda alguna no cabe Paco Ureña, ni López Simón, ni Álvaro Lorenzo, ni Curro Díaz, ni Uceda Leal, ni Juan Mora, -un torero excelso como pocos-, ni David de Miranda, toreros todos que han cruzado el umbral de la puerta grande de Madrid y, nadie les tiene en cuenta; recordemos que López Simón ha salido cinco veces por la puerta grande de Las Ventas. ¿Sirven de algo los triunfos si los empresarios no los tienen en cuenta? Que respondan los damnificados. ¿Y qué me dicen de Finito de Córdoba? Sí, de ese veterano espada dotado de un arte irrepetible que, en las dos temporadas laceradas por el Covid, en los pocos festejos que se celebraron, Finito resultó ser el artista más laureado de los mismos. ¿Lo ha llamado alguien?
Claro que, dentro de todos los males, si lo analizamos, Paco Ureña es un afortunado. Me explico. El hombre habrá ganado un dinero que en verdad le pertenece y si a todo le añadimos que hizo la mejor “faena” de su vida al casarse con Sonia González, de los males, el menor. Digamos que, este diestro no pasará necesidades ni mucho menos tendrá que ir a pedir a Cáritas, algo que decenas de sus compañeros si tendrán que hacer como no encuentren una novia rica o un trabajo digno, lo digo porque en el toreo lo tienen muy crudo.
Todos creíamos, yo el primero, que el triunfo era el detonante para ser contratado y admirado por todos pero, me equivoqué. Y ese testimonio me lo dio el día que me entretuve mirando la lista de los matadores que han salido por la puerta grande de Las Ventas a lo largo de la historia de esta plaza y, quedé aterrado. Y, cuidado que estamos hablando de la cátedra del toreo, una plaza que muchos que han sido figuras del toreo no han podido conquistar jamás y, por el contrario, la mayoría de los que triunfaron en Madrid, apenas nadie les reconoció y la lista es inmensa. No voy a entrar en valoraciones pero sí en números, es el caso de López Simón que, como dije, tiene cinco puertas grandes en Las Ventas que, para un chaval de su edad, es un logro extraordinario. Pues este año, como no arañe algún que otro puesto en alguno de los pueblos que antes ha triunfado, dudo que se vista de luces. ¿Habrá canallada mayor?
Eso sí, chavales, todos los que no tengáis futuro como toreros os queda la posibilidad de hacer el mono por las televisiones de España y, diciendo estupideces se puede vivir como un rey, que se lo digan a Oscar Higares o, a Canales Rivera, una forma de vida que inventó Jesulín y que sigue latente para todos los fracasados en el toreo. Animaros, en un país con un gran porcentaje de estúpidos como el nuestro, eso de hacer el idiota por las televisiones hasta está bien visto y, encima, se pagan fortunas por dicha labor.
En las imágenes, cinco matadores con vitola de artistas damnificados por el sistema actual del toreo. Ni más ni menos que, Paco Ureña que se ha tenido que retirar, Juan Mora que sigue activo pero que nadie cuenta con él, Finito de Córdoba, el veterano artista capaz de encandilar a propios y extraños, Curro Díaz, artista donde los haya y José Ignacio Uceda Leal.