El problema que tenemos en la fiesta de los toros es que, como estamento cultural de la nación, rara vez la hemos sabido defender frente a la miseria de nuestros políticos que, ávidos de odio y rencor, nos la quieren arrebatar al precio que fuere porque, como ellos saben, nosotros, los aficionados y, lo que es peor, los que viven de la fiesta de los toros, tan acomplejados como el Partido Popular frente a las hordas comunistas, apenas son capaces de hacer nada para evitarlo.

Nos afrenta la desdicha de que, desde el mismísimo Congreso de los Diputados, donde está la voz del pueblo, ellos, los diputados y di-putadas, nos apuñalan a diario para esparcir cortinas de humo que les sirven para ocultar todos los graves problemas que tiene nuestro país pero que, gracias a los toros, logran que se desvíen las miradas y nadie diga nada contra la corrupción socialista, el cocido separatista que se está guisando y demás asuntos turbios.

Los toros, al respecto, les vienen como anillo al dedo porque de tal modo matan dos pájaros de un tiro; primero que no se sepa la verdad de todo lo que está pasando y, acto seguido, se cargan la fiesta de los toros amparándose en la causa animalista, algo que les viene como un traje a medida. Pero, ¿qué pasa con nosotros, los que amamos la fiesta de los toros y, como decía, los que cientos de miles de personas que viven de dicho espectáculo? A esos, dirían desde allí dentro –en el Congreso- que les parta un rayo que para que eso sean tontos y cobardes.

Para estas gentuzas, amparándose en la causa animalista, aquello de destruir la fiesta de los toros lo han tomado ya como un deporte inevitable, ahí está el caso, entre otros muchos de una señora llamada Mercedes Aizpurua, -COMO SE COMPRUEBA, SIGO HABLANDO CASTELLANO-  diputada del brazo derecho de ETA y trasnochada total, es decir, EH Bildu, que soltó los improperios más aberrantes contra la fiesta de los toros para defender a los animales. Sí, he dicho bien, a los animales porque a los seres humanos jamás los defenderán y, mucho menos si no piensan como ellos. ¿Se puede ser más ruin que la citada Merceditas al afirmar todo lo que dijo, sabedora de los cientos de muertos que llevan sobre sus espaldas sus correligionarios? La tal Aizpurua no quiere el maltrato animal, pero se pasa por el forro del mismo los muertos que Eta haya podido matar.

O sea que, se nos ataca desde todos los frentes, ante todo para erradicar para siempre la manifestación cultural que subyace dentro de la misma fiesta de los toros y, de prohibirla, como decía, cientos de miles de personas se quedarían sin trabajo cuando, como se sabe, estamos hablando de una fiesta tricentenaria, la que no inventó Franco, pero que a estas gentuzas le corroe que, durante tantísimos años fuera una fiesta protegida por el régimen que, el régimen, como tal, no era otra cosa que la aplicación del sentido común, sencillamente el más común de los sentidos.

Esta tiparraca acude a los más burdos argumentos para erradicar una fiesta que ni conoce ni entiende; pero sí, viste mucho aquello de pronunciarse en estos momentos en el Congreso, con la de gentuzas nefastas que rebuznan en la cámara que, en su gran mayoría todos quieren eliminar para siempre la fiesta de los toros, algo que es aplaudido por la inmensa mayoría del hemiciclo, razón del gozo que siente dicha diputada que, por cierto, cuesta mucha discernir si se trata de una mujer o un extraterrestre.

Y mientras todo eso sucede en la casa de “todos” nadie es capaz de defenderse con una manifestación multitudinaria en la que no deberían faltar, desde el primer aficionado, hasta el último monosabio o mulillero en una corrida de toros. De que somos cobardes en su inmensa mayoría salta a la vista; cualquier asalta corrales de la profesión que fuere, a todos los hemos visto manifestarse cuando algo les ha afectado el bolsillo mientras que, los taurinos nos quedamos impávidos ante las vilezas a las que nos someten a diario. Cruel sería para los amantes de esta fiesta que nos la exterminaran y no pudiéramos gozarla más pero, ¿qué sería de las miles de personas que viven de este espectáculo tan bello como singular? Que responda el que sepa.

Es muy triste lo que voy a decir y, especialmente los taurinos nadie me creerá pero, es una verdad que aplasta que, antes de que finalice la legislatura en la que estamos viviendo, los toros quedarán clausurados para siempre, solo falta que se lo pidan a Sánchez los de Bildu y los separatistas puesto que, el otro eslabón de la cadena, Pablete, ese está totalmente de acuerdo. Tiempo al tiempo y ojos para ver. Que nadie diga luego que no avisé pero, cuidado, tampoco hace falta ser muy listo para adivinar las ideas criminales de estas gentuzas.

Claro que, la conclusión final para estas líneas es mucho más sencilla que todo lo dicho con anterioridad. Todo el mundo debe de saber que, las gentuzas que nos rigen, amparándose en la democracia que ellos no creen, han sido votados por varios millones de trasnochados que, queriendo o sin querer, les han puesto ahí para que destruyan España y, claro, la fiesta de los toros no podía ser una excepción. ¿Qué pensabais que llenaríais el congreso de los Diputados con monaguillos indefensos? Las pruebas son concluyentes. Marica el último y, ante todo, que Dios nos pille confesados.