Los acontecimientos que estamos viviendo en los últimos meses en España, al margen de la pandemia, todo ello debería de hacernos reflexionar porque, como es sabido, caminamos hacia el abismo y el que no lo quiera entender asumirá un grave problema. Pensar que vamos hacia el abismo y que los responsables de que ello se pueda evitar, como logro más grande, no se les ocurre otra cosa que enaltecer a los criminales que andan sueltos para desdicha del pueblo español que, en su mayoría, así lo quiero pensar, somos gentes decentes.

Todo lo que era normal, por arte de magia, unos descerebrados lo han tornado una quimera y, lo anormal, como algo extraordinario. ¿Lo entiende alguien? Es difícil de entender y mucho más de asumir. Entre otros muchos dislates, al final, ese sujeto criminal y con malas artes llamado Pablo Hasel ha entrado en la cárcel que, de haber leyes y autoridad, jamás debería de salir del talego. Si, ese mal nacido que entre otras muchas fechorías se alegraba de la muerte de Víctor Barrio. Cuidado que, lo dicho son palabras mayores. ¿Se le puede llamar ser humano a un tipo esperpéntico que se alegra de la muerte de un hombre que entregó su vida a Dios en el ejercicio de su profesión?

Lo dicho es gravísimo pero que, desde el mismo gobierno, sujetos que forman parte del mismo, que cobran fortunas de todos nuestros impuestos y que alienten a dicho tipo y a las huestes que le secundan abogando por la democracia. Huestes que, como es sabido, han destrozado todo aquello que han encontrado en su camino, han formado barricadas hiriendo a decenas de policías, han roto cientos de escaparates de personas que honradas que nada tienen que ver con el terrorismo que estos hijos de puta llevan a cabo. Y, dichas actitudes, jaleadas por miembros del gobierno y parlamentarios al estilo Echenique que, como sujeto dice poco, como esperpento lo dice todo. Por cierto, uno de los policías heridos en los disturbios de esos mal nacidos era mujer, veremos ahora que dice esa chacha llamada Irene Montero que tanto defiende a las mujeres.

Por cierto, las huestes bolivarianas de Echenique y sus secuaces, ¿en qué trabajan? Buena pregunta para ser contestada porque los empleados de Renault o de la Ford, seguro que esos no formaron parte de las barricadas. Lo triste de la cuestión es que haya desaparecido aquella ley de vagos y maleantes porque, de existir, habría que construir cárceles por doquier para albergar entre sus muros a tanto criminal como andan sueltos. Bien es cierto que, la ley aludida no puede existir ahora porque los que hacen las leyes son esos, los vagos y los maleantes.

Víctor Barrio, desde el cielo se alegrará de que aquel que se alegró de su muerte, por fin haya entrado en la cárcel que, como decía, es el lugar donde debería de pasar el resto de su vida porque, la “biografía” de dicho sujeto es de auténtico libro. Pero ha costado, ha tenido que cometer “tropecientos mil” delitos para que por fin el peso de la ley haya caído sobre sus espaldas.

Reconozcamos que no estamos viviendo tiempos buenos ni mucho menos esperanzadores, más bien todo lo contrario porque desde la altas instituciones se sigue instando al odio, la venganza y la destrucción de España como país, algo que se consumará muy pronto. Lo triste de la cuestión es más grave de lo que todos pensamos puesto que, al final, tras ver todo lo que está sucediendo en el suelo patrio, me atrevería a decir que somos un país de chirigota en que, actos criminales los aceptamos como si fueran bromas que nos gastan cuando, en realidad lo que está en juego es el futuro de España.

Los anteriores mandatarios del partido Popular, algunos de ellos con nombre y apellidos, no ayudaron para nada para la reconciliación entre las gentes porque, robando no se consigue nada positivo, más bien todo lo contrario porque, por culpa de aquellos lodos ahora tenemos los barros del comunismo más exacerbado que salió a la calle prometiéndoles a la gente un mundo mejor y, todo es mentira.

El Partido Popular quiere vender ahora su sede de la calle Génova porque, asfixiado por las deudas no pueden sostener dicho edifico ni pagar su hipoteca. Es decir, van a cambiar de sede y, mientras todo eso pasa un tipo ya investigado por la justicia como es Pablo Iglesias, se permite el lujo de decir que de Génova pasará el partido popular a la cárcel de Soto del Real. La broma tiene tintes criminales porque, a su vez, Iglesias podía decirle a su socio de gobierno que el partido socialista, tras todo lo que robaron en Andalucía debieran de trasladar su sede a la cárcel del Puerto de Santa María, digo yo.

Y ante semejante panorama, tras varios días de silencio, por fin salió a dar la “cara” ese sujeto llamado Pedro Sánchez que no tuvo cojones ni para decirle al pueblo español que, esa violencia que él critica viene de parte de sus miembros de gobierno y adláteres del parlamento, caso de Echenique y esperpentos de semejante calado. Se necesita ser muy cobarde y apestoso para seguir mintiéndole al retrasado pueblo español que todavía sigue creyendo al impostor.

En la foto, la cogida de Víctor Barrio por la que le llevó a la muerte y de la que ese mal nacido llamado Pablo Hasel se alegró, hasta el punto de confesar que, de terminar todas las corridas como la que murió Barrio, Hasel iría todos los días a los toros.