Tras ver el primer lleno absoluto ayer en la plaza de toros de Madrid, cualquiera puede sentir asco y repugnancia hacia ese ser indigno de la sociedad en que vivimos y que se llama Ernest Urtasun que, para colmo, es apoyado por ese chulo de putas llamado Óscar Puente, personajes apestosos que anidan en la política y que, en sus maldades, hasta son incapaces de reconocer la grandeza de esta Fiesta indescifrable por su belleza, por su aportación económica las arcas del Estado y por la cantidad de miles de puestos de trabajo que la misma aporta a la sociedad en que vivimos.

A estos tipos repugnantes habría que preguntarles si conocen algún tipo de espectáculo que congregue a casi veinticinco mil personas durante treinta días seguidos, caso de la feria de San Isidro. No existe otro evento con semejante parangón, pero, esos desaprensivos que les pagamos de nuestros impuestos, anidan en política para hacer la maldad, cosas de la maldita democracia que permite dichas lisonjas. Para colmo, para que nos hagan daño, les pagamos sueldos astronómicos. ¿Lo entiende alguien? Lo de la política es un chollo indescifrable. Les pagamos a los que nos dirigen, sean del partido que fuere pero, de igual modo, les seguimos pagando para destruyan todo aquello que no les gusta. ¡Viva la democracia, sí señor!

Claro que, los energúmenos citados están todos apoyados por el puto amo, como así le calificara su criado número uno, Óscar Puente. El puto amo, por aquello de seguir aferrado al poder es capaz de todo, hasta de permitir que ministros suyos atenten contra la libertad de todos pero, hasta se entiende, un tipo como el puto amo que jamás ha ganado elección alguna, necesita de forma imperiosa a esa basura política que le secunda para seguir en el poder, de otro modo sería imposible.

Si estas gentuzas tuvieran cerebro, aunque no les gustara la fiesta de los toros, callarían por respeto a los aficionados y, ante todo, por todo lo que la Fiesta aporta a España. Por ejemplo: ¿Cuántos cientos de millones se quedarán en Madrid tras la feria de San Isidro? Serán incalculables, pero muy beneficiosos para la capital de España que, con motivo de este evento, muchos madrileños harán el agosto en mayo. Esa debería ser su actitud puesto que, insisto, cobran de todos nosotros, los imbéciles que les votamos para que destruyan todo aquello que no les guste. Ese Urtasun, como alguna vez dije, en tiempos pasados estaría a la sombra, sencillamente por ser el autor de sus maldades contra un espectáculo legal y, además de ello, tremendamente beneficioso para España.

Al margen de los malvados citados, me entra la risa cuando escucho las declaraciones de políticos como García-Page o Eneko Andueza, socialistas y aficionados ejemplares que, de extramuros hacia fuera dicen cosas bellas sobre los toros porque, como dije, aman la Fiesta. Eso sí, son incapaces de decirle al puto amo: Oye, cabrón, ¿cómo permites semejantes barbaridades de esos ministros tuyos que quieren destruir esta Fiesta que tanto amamos nosotros? Ahí se callan como putas secuestradas. En los últimos días hemos visto hacerle reverencias al puto amo por parte de Eneko Andueza en las últimas elecciones vacas y, con García-Page sucede los mismo, siempre anda por las esquinas defendiendo la Fiesta que, en realidad lo hace, entre otras cosas porque su comunidad retrasmite más corridas de toros que ninguna pero, insisto, llegado el caso, nadie es capaz de enfrentarse con el puto amo, lo que demuestran que, pese a ser aficionados, con unos cobardes incapaces de defender lo que aman ante un tipo cruel y mezquino como el dueño del partido socialista en el que, como todos saben, ahí nadie pinta nada salvo el vendedor de humo que, repito, sin haber ganado elección alguna sigue vigente en el poder y, lo que es peor, nadie le arrebatará el trono, ya lo veréis.

Es triste todo lo que digo, pero tal real como que existe Dios. García-Page se vuelca a favor de los toros en su comunidad, ahora quiere instituir un premio para la Tauromaquia; Eneko Andueza ha escrito tres libros de toros a cada cual más bello. La historia de Dolores Aguirre, la biografía de José Cruz y, su obra maestra, Los toros, al natural. O sea que, nos encontramos ante dos socialistas auténticos que saben respetar los toros, los defienden y los aman, pero se cagan cuando están frente al puto amo por aquello de rebatirle no vaya a ser cosa que les haga una reprimenda. ¿Cabe cobardía mayor? Siendo así, Ernest Urtasun y Óscar Puente se sienten crecidos ante el mal que provocan. Normal, si hacen el daño y nadie les llama la atención, todavía hacen poco.

Fotografía de Andrew Moore.