La maldad del gobierno que nos rige –a los incautos que les votaron, unos cuantos, claro- no tiene nombre. El hecho de que José Manuel Franco haya desautorizado la manifestación taurina o paseo cultural para el día de hoy en Madrid en los aledaños de la plaza de Las Ventas como reivindicación sobre la fiesta de los toros, el hecho, como tal, es de una barbarie sin paliativos, un atentado contra la lógica, la moral, la ilusión y al ser humano en su integridad, sencillamente porque son aficionados a los toros, de ahí que se les haya maniatado por defender algo que les pertenece.

Recordemos que, la excusa que ha dado el citado pájaro no ha sido otra que la solicitud se presentó fuera de plazo. El mundo de las excusas sigue siendo infinito porque todo el planeta tiene una para justificarse ante sí mismo y los demás pero, en el caso de Franco, ésta no se la traga nadie. Siguen en pie distintos paseos taurinos en diversas ciudades españolas que se darán cita en los próximos días pero, amigo, se trata de Madrid y ahí está Franco atrincherado.

Las acciones de estas gentuzas que dicen gobernarnos son tan aberrantes que, es muy difícil encontrar un calificativo para ellas. Y son ellos los que se contradicen en todo lo que hacen porque, por ejemplo, hace unos días, Franco autorizó una manifestación en Madrid para que, en un máximo de doscientas personas chillaran, y se juntaron más de tres mil y nadie dijo nada. Se trataba de solidarizarse con la muerte de un ser negro al que mató la policía en América. Claro que, esa era la excusa porque a estos qué coño les importa un negro; lo que les importaba era que sus correligionarios chillaran y se pronunciaran contra Estados Unidos que, como se comprende, es el único objetivo de esta calaña de gentes.

Cierto y verdad que, Donald Trum, sabedor de la simpatía que le tiene Pedro Sánchez y el bolivariano de turno, hace pocas fechas anuló a España la construcción de varios buques por valor de muchos miles de millones. ¿Se quedarán nuestros astilleros sin trabajo? Seguro que sí pero, repito, a la clase política que nos rige, que haya empleo o lo deje de haber, les importa un pimiento. Lo de anulación del pedido que tenía Estados Unidos con España para la construcción de dichos buques, significaba trabajo para cientos de personas durante varios años. ¿Y qué pasa? ¡Nada! Les damos la paga vital a todo el mundo para que compren la barra de pan diaria y todos contentos.

Ese mismo Franco que tiene nombre de dictador, no podía ser de otra manera, ha actuado como tal, respecto a los toros y a todo lo que se trae entre manos. Le querían acusar de ser el responsable por no haber impedido la manifestación del 8 de marzo en que, allí estaban ellas, incluida Marlaska; sencillamente porque tenía información de todo el riesgo que se corría en toda España ante aquel tumulto de histéricas que decían que mata más el machismo que el coronavirus y, el mismo Covid-19 se encargó de mandarlas todas a su lugar demostrándoles quién mata más.

Como digo, le querían juzgar y el Tribunal Supremo ha archivado la causa porque, ostias, se trata de un socialista y es un imposible. ¿A quién se le ocurre querer jugar a uno del régimen actual, en este caso, a un pobre diablo que su mayor logro es tener en la boca el carnet del PSOE? Señores del Tribunal Supremo, eso no se hace, por Dios, respeten ustedes a nuestros jefes que, para eso les hemos votado, para que ejerzan la dictadura más exacerbada que, de eso sabe mucho nuestro admirado Pablete.

No sé el grado de culpabilidad que podría tener Franco ante esta supuesta negligencia pero, nunca lo olvidemos que el pobre sigue instrucciones de su amo, que para eso le paga, con dinero nuestro, pero firmando él su nómina. Y al amo, como sucedía en el medievo, hay que tenerle respeto y rendirle pleitesía; o sea que, han pasado cientos de años y todo sigue igual, no hemos adelantado nada.

Lo que Franco ha hecho no deja de ser una guarrada en toda regla pero, tampoco nos olvidemos de que, nosotros, los “toreros” no estamos organizados, cometiendo, por ello, errores imperdonables. Eso de organizar distintas manifestaciones o paseos para días distintos, me parece un acto deplorable, un error monumental el que pagaremos carísimo, como todos los errores que cometemos en el mundo de los toros. Hoy unos, mañana otros, al siguiente los de más allá. La chapuza no ha podido ser mayor, de ahí el primer fracaso que hemos cometido. ¿Costaba tanto, como dije, hacer una manifestación multitudinaria cuando se pudiera y fuéramos libres, antes que las chapuzas que tenemos preparadas? Así tenía que haber sido, pero al precipitarnos, nos hemos estrellado en el primer barranco, en las garras de Franco que nos ha ganado por tontos que somos.

Desde la Moncloa se escuchan gritos de ¡viva Franco! No es para menos, les ha salvado la cara pese a llamarse Franco, claro que, en el Valle de los Caídos no dijeron nada.

Miradle bien la cara a Franco que, con toda seguridad, nos recuerda a alguien.