Ante el anuncio de la retirada de Enrique Ponce de los ruedos, de repente ya he visto a muchos medios rasgándose las vestiduras ante dicho acontecimiento que, por otro lado, es un acto de justicia para la fiesta y, sin duda, un motivo de alegría para muchos toreros que, tras el abandono de este hombre, por fin, verán saciadas sus ilusiones de poder torear en algún que otro lugar, en este caso y en el día de hoy, el gran Diego Urdiales sustituye a Enrique Ponce en Burgos.

Tras más de treinta años como torero en activo, habiendo logrado todo lo que un diestro pude conseguir y soñar, el hecho de que se marche es una bocanada de aire fresco para la afición y, una oportunidad de oro para que otros diestros, con enormes merecimientos, puedan ocupar el sitio que deja vacante este hombre. Insisto que, sin ir más lejos, Diego Urdiales es hoy un hombre feliz al ver que han contado con él para cubrir la baja del diestro valenciano.

Como siempre dije, si ese coto cerrado no se abre muchos toreros no tendrán oportunidad de torear porque todos los puestos estaban ocupados por los de siempre, por ello, que se marche Ponce es un motivo de alegría para muchos toreros y un alivio para los buenos aficionados que no tendremos que soportarle más con esas corridas mortecinas a las que se enfrentaba. Claro que, igual no echemos las campanas al vuelo que, textualmente, Ponce ha dicho que se retira por tiempo indefinido, lo cual nos hace barruntar que, el día que menos lo esperemos, este sujeto vuelve a los toros para seguir jodiendo al personal.

Entiendo que Diego Urdiales siga en activo por aquello de encontrar la gloria que en verdad merece porque, no lo olvidemos nunca, Urdiales es mejor torero que Ponce como de aquí a Lima. Quiera Dios que, entre otros, sea el diestro riojano el que ocupe los puestos que deja vacantes Ponce porque si de justicia hablamos, no existe acto más justo que premiar al diestro de Arnedo por aquello de su torería, gusto y empaque natural, todo ello, rociado del más bello arte para gloria de la tauromaquia.

Que sea muy feliz Ponce junto a su actual enamorada, que tenga mucha salud y que disfrute de todo aquello que ha ganado en los ruedos que, pese a toda la comodidad del mundo, ha sudado muchas camisas. Lo que se ha ganado, suyo es. Pero que conste que, en el día de hoy ha tomado la decisión más hermosa de su vida, irse, algo que le agradecemos todos, especialmente los toreros que ven una oportunidad de oro para entrar en carteles que nunca habían soñado.

En la foto que mostramos vemos la felicidad de Enrique Ponce junto a su enamorada, algo que nos congratula a todos. Enhorabuena, maestro.