Hace unos días publicamos un reportaje gráfico sobre cómo aplicar la fisioterapia de alto rendimiento al toro bravo. Esta primera sesión se rodó en la ganadería de José Luis Bertol, y la puso en práctica el genial fisioterapeuta que da nombre a la clínica Javier Alfonso.

La sesión que realizaba por primera vez en la historia a un toro bravo fue un éxito rotundo. Algo diferente y novedoso que cautivo al ganadero, vaqueros, mayorales y personas allí congregadas para admirar las innovaciones de la ciencia. Aunque todo haya sido perfecto, los resultados han sido los esperados, y ambas partes estén entusiasmadas. Entre ayer y hoy, diversas personas entre ellos, José Enrique Zaldivar, – Avatma- presidente de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la tauromaquia, entre otros,  han cargado con esa práctica a través de sus redes sociales, al igual que muchos otros afines al régimen animalista, ya sea a través de la burla, el insulto o cualquier otra frase peyorativa.

Algunos de los improperios recibidos han sido «Cuidáis los toros para luego torturarlo» «Sois unos sádicos»… etc.

Ciertos veterinarios antitaurinos, y ciertos animalistas afines a su régimen dictatorial, y su adoctrinamiento han mofado insultado, injuriado y calumniado a este profesional y su necesario trabajo en las redes sociales. Un boicot en toda regla por parte de los de siempre. Alguno, incluso, le acusa de intrusismo laboral. Una panda de analfabetos que denigran su profesión al hablar sin saber, pero lo peor es que no quieren ni aprender, ni saben respetar.

El lobby animalista sigue intentando defenestrar nuestras tradiciones, mimos y cuidados que le otorgamos a nuestro rey, a nuestro símbolo, al toro bravo. Una triste realidad, el acoso que algunos profesionales son sometidos por este tipo de gentuza, que ni sufren ni padecen más que por sí mismo.

El respeto se gana respetando. Grandísimo trabajo el que realiza Javier desde su clínica, dándole una visión novedosa e interesante a los tratamientos.