Corrida ejemplarizante la que Victorino ha traído hoy a Madrid, todo un ejemplo de casta, pitones, trapío y verdad en definitiva que es lo que corresponde en este caso para la gran reata del ganadero de Galapagar. Pocos rivales ha encontrado en su camino Victorino en esta feria si de toros bravos hablamos. Tengo la seguridad de que el ganadero sabe en cada momento la clase de toros que lidia y, en el día de hoy ha sido una corrida de época. Hasta la alimaña le ha salido, todo un gesto para la gesta del diestro, en este caso, para Paco Ureña. Fascinante, esa sería la definición puesto que, en el mundo borreguil de tantos ganaderos, ver hoy los toros de Albaserrada nos ha emocionado hasta la locura.

Paco Ureña,  con la alimaña antes comentada porque se ha jugado la vida con una verdad absoluta, hasta ha tenido una dramática cogida de la que se ha escapado de puro milagro porque el drama lo hemos vivido con mucha intensidad. En esto de los toros, el hecho de ver como un hombre se juega la vida de verdad, con ello es más que suficiente para que todo el mundo vibre con  la grandeza del toro y, en esta ocasión, toro y torero han llevado a cabo una épica inenarrable.

En su segundo, Paco Ureña, ha tenido un gran toro en sus manos; uno de esos bicornes que sueña cada diestro encontrarse en su camino y el diestro de Lorca lo ha encontrado. Faena de muchos altibajos porque el toro era de escándalo; entre pases de mucha calidad surgían los muletazos de gran predicamento; pero sobre todo ha brillado la gran casta del toro que, unida a su nobleza, ha dado unos momentos de tremenda emoción para el torero y, sin duda, para todos los que hemos tenido la fortuna de presenciar el espectáculo. Le han dado una oreja más que por su faena en concreto, digamos que se ha premiado en su conjunto la épica hermosa y cautivadora que Ureña ha mostrado toda la tarde. Orejas al margen, lo realmente importante es que el toro concite la emoción ante los aficionados para que nadie se aburra y, lo que es mejor, que todo el mundo vibre. En su tercero, toro complicado por su fiereza indomable, Ureña no podía hacer otra cosa que jugarse la vida como lo ha hecho y, lo que es mejor, durante toda la tarde.

Emilio de Justo ha estado vibrante toda la tarde sin lograr la rotundidad de otras veces pero, nada que objetarle al diestro que ha tenido un toro, su primero, que la ha regalado dos series pero muy pronto se ha mostrado como una fiera, lo que en realidad era. De Justo ha toreado con majeza en las series antes dichas para, más tarde, tirar de valor del bueno, de agallas de las que antes lucían los toreros para acabar con el toro. Se segundo era otro toro de los que encumbran o retiran a cualquier torero. Todo parecía que iba a desarrollarse por el camino del éxito porque De Justo así lo había decidido porque, entre otras cosas, es capaz de ello y de mucho más, la prueba es que es figura del toreo y no rehúye ganadería alguna, la de Victorino es un ejemplo. Pero llegó cuando menos lo esperaba ese cabrón llamado Eolo que echó a perder la faena puesto que, el diestro le era imposible aguantar la muleta, por tanto, ofrecérsela al burel en condiciones para que embistiera. Faena, claro, de grandes altibajos que por las circunstancias antes dichas no ha cuajado; una tremenda pena porque el toro era el soñado por cualquier diestro. El último, otro gran toro, De Justo ha tenido momentos y series de una belleza fantástica, tanto al natural como en los derechazos pero, a todos nos ha quedado la sensación de que faltó algo, y mira que el diestro ha estado bien. Falló con el estoque lo que era una oreja de pura ley.

Nada que objetarles a los diestros, faltaría más. Orejas al margen, se han jugado la vida y nos han emocionado hasta la locura. La peor que fuera como la de hoy, todo un sueño porque toros como los que hemos visto raramente aparecen en los ruedos. Hasta El Juli que estaba en el tendido hacía cara de asustado al ver el trapío de los toros, al tiempo que le decía a Luis Manuel Lozano, su apoderado que estaba a su lado, “de estas ni se te ocurra”

Por momentos, antes de empezar la corrida hemos visto a un personaje nefasto en barrera acompañando al Rey de España y, al ver semejante esperpento al lado de Su Majestad, es por ello que comprendemos las miserias de la democracia puesto que, un tipo independentista, que es la primera vez que acude a los toros, que los repudia, que si fuera por él los eliminaría de España y, allí estaba, dándole consejos a Su Majestad. El tipo en cuestión se llama Iceta, le nombraron ministro de cultura porque los sociatas hacen ministro al primer amiguete que encuentran y, luego pasa lo que pasa. Como sabemos, este indeseable es el que negó el bono cultural para los toros. Qu se vaya donde anidan los suyos que allí será mucho más feliz. Confiemos que este indeseable no vuelva jamás a Las Ventas. Será cuestión de que el próximo 23 de julio les eliminemos para siempre de la poltrona que lucen gracias a criminales, separatistas, asesinos, y gente de la peor calaña. Lo dicho, si les eliminamos con nuestro voto habremos dado un gran paso adelante en España.

Una vez más, la cámara de Andrew Moore certifica todo lo que ha sucedido en la última de la feria de Madrid.