La corrida de El Parralejo se ha remendado con dos toros de José Vázquez, lo que antes eran los Aléas y, ya no queda nada de aquel legendario hierro puesto que, el tal Vázquez, ha traído a Madrid dos burros inválidos que han servido para aburrir al personal y truncar las ilusiones de Fonseca en su alternativa. De los titulares ha destacado el segundo de Perera que, más que un toro era una hermanita de la caridad; son esos toros a modo que les salen a las figuras sin la más mínima emoción si le buscamos la casta, pero de una dulzura de ensueño. El resto, un saldo ganadero que no ha servido para que Téllez revalidara sus éxitos del pasado año.

Miguel Ángel Perera que ya está de vuelta de todo en su primero ha ejercido como enfermero de un animal sin fuerzas ni el menor atisbo de casta para ridiculizarse a sí mismo puesto que, un hombre que ha sido grande en el toreo, en la actualidad, en demasiadas ocasiones se ridiculiza a sí mismo. Un fiasco en toda regla. Ha salido su segundo que, como decía, era el santo varón del festejo en que el diestro ha estado con un buen son con la muleta. Tres series han tenido la enjundia que produce ese toro moderno que embiste como si no hubiera un mañana y sin percatarse que delate tiene un torero. Perera lo ha entendido a la perfección y, de haberlo matado con prontitud igual le habían pedido la oreja. No era para tanto porque, insisto, el toro solo tenía bondad, pero sin el menor atisbo de peligro que pudiera emocionar a los aficionados. Como fuere, el diestro ha salido mejor parado de lo que se esperaba tras la lidia del su primer enemigo.

No ha revalidado el «título» Ángel Téllez que, en honor a la verdad, su único pecado no ha sido otro que apuntarse al hierro de las figuras y lo ha pagado muy caro. Su primero ha estado apagado, le costaba un mundo embestir y, entre la nula calidad del toro, el viento y los mantazos del torero aquello ha sido un escarnio en toda regla. El primero que lo lamentará es Téllez pero, eso mismo diestro debería tener memoria y acordarse que, sus faenas más emblemáticas, entre ellas Bargas y Madrid, fueron siempre con toros encastados. Debe de tomar lección y buscar los hierros que le pueden llevar al triunfo, con el burro medio muerto Téllez no es nadie. Para ese menester estaba Enrique Ponce que, a ese tipo de burros medio muertos les hacía creer a los aficionados que, el burro volaba y, lo que es peor, miraban hacia arriba para buscar al burro. Se segundo se le ha parado de inmediato y ahí murieron las ilusiones de tan valeroso torero. Otra vez, será hermano.

Ha faltado muy poco para que Isaac Fonseca se buscara una ruina tremenda. Lo digo por lo que ha sido el toro de su confirmación que, vaya birria y asquerosidad de toro de José Vázquez como antes dije. Sin fuerzas, sin alientos y sin decir nada ha estropeado las ilusiones del mexicano que buscaba el triunfo con ahínco. Menos mal que, su segundo, un toro con más fiereza, aunque escaso de fuerzas, repetía con ímpetu; es decir, la clase de toro que necesita Fonseca para emocionar al personal y, a fe que lo ha logrado por momentos. Han habido naturales de bello trazo y una disposición tremenda por el lado derecho en el que, el toro, al final de cada muletazo le buscaba con saña. Faena de mucha vibración, de entrega absoluta por parte del diestro y, la pena es que el toro doblara las manos en varios momentos de la lidia lo que le restó importancia al gran contenido que ha puesto el diestro moreliano.  Lo ha recibido de rodillas en un cambio por la espalda que nos ha llenado a todos de un escalofrío tremendo. Así deben de actuar los toreros jóvenes, a vencer o morir, ¡qué más da! Ha matado de una estocada fulminante pero, las intermitencias del toro antes comentadas han impedido que la petición de oreja tomara fuerza. Fonseca ha sido ovacionado y, lo que es mejor, hasta sospecho que la gente se ha quedado con ganas de volverlo a ver.

Tras ver el juego de los toros de esta tarde, inevitablemente, nos han hecho recordar la grandeza de los toros de Escolar en que ayer nos hicieron vibrar en Madrid. Mala cosa para los ganaderos comerciales que un encaste duro, minoritario y despreciado por las figuras, en estos momentos sea la admiración de Madrid y todos aquellos que amamos al toro en su gran esplendor. De momento, don Pepe Escolar ya es candidato indiscutible por haber lidiado un gran toro de la feria de Madrid, el que toreó y triunfó Gómez del Pilar.

Las imágenes del festejo, como siempre, con la cámara de Andrew Moore.