Ni 24 horas después de haber jurado Pedro Sánchez el cargo de presidente le toca ya remangarse y debatir con sus socios de gobierno. Era de esperar un rifirrafe entre las dos principales fuerzas de la coalición, PSOE y Podemos, pero quizás, lo que no se esperaba era el motivo del primer mano a mano: La Tauromaquia.

El Gobierno plantea crear una dirección general de Bienestar Animal y esta delegación caería en manos de Pablo Iglesias, vicepresidente social. La tauromaquia será un punto clave que afrontar en su agenda y PACMA ya ha pedido a Unidas Podemos un referéndum sobre los espectáculos taurinos, puede parecer irónico teniendo en cuenta que PACMA no cuenta con representación parlamentaria, pero oye, por exigir que no quede ¿no?

Sorprende que Podemos plantee llevar esto a un gobierno en el que conocemos grandes aficionados a los toros, y rescato un fragmento de una carta que le dedicó el pasado mayo José Luis Ábalos, ministro de Fomento, al torero Román Collado: “No sé si sabes que mi padre fue torero y que he cultivado siempre un aprecio sincero por la Fiesta.” Incluso Pedro Sánchez ha reconocido en varias ocasiones que, aunque no le gusten los toros, respeta la fiesta.

La tauromaquia, por mucho que se la apropie la derecha, va más allá de la política. La fiesta de los toros ha sido defendida por líderes políticos de todos los ámbitos: de izquierdas, y no solo Ábalos, ya es por todos conocida la afición de Felipe González, de derechas, el caso más actual el Santiago Abascal, líder de VOX, o comunistas como el Che Guevara, republicanos, y un largo etcétera. Te hablo de políticos, presidentes y gente de importancia, pero la verdadera señal de que los toros no son política está en los tendidos de las plazas, donde hay gente, amigos que se hacen compartiendo piedra y sol en una tarde de toros, que abarcan ideologías muy diferentes y que son grandísimos aficionados.

Llega la pregunta importante, ¿Podemos dejará pasar el asunto? (Recordemos que no hay nada sobre este tema pactado en el acuerdo de gobierno) o, en cambio, ¿Luchará Podemos para conseguir ese referéndum?

Hoy en día, no podemos responder ninguna de esas preguntas, pero sí podemos defender lo que es nuestro, la tauromaquia. No esconder la afición de uno es la principal defensa que se puede hacer y, dejar a un lado las diferencias de afición, toristas o toreristas, aficionados de temporada u ocasionales, aficionados de cualquier parte de la geografía española, es importante apoyar las instituciones que lucharán contra esto en los tribunales y dejar a un lado las convicciones propias y luchar con el único fin de defender nuestra fiesta, porque los toros son de todos pero no son de nadie.

Por Ignacio Escudero