“Me acuso de aburrimiento en las reuniones de partido, en los comités locales, en los comités provinciales y en los comités nacionales”. –Leopoldo Calvo Sotelo.

Muchos profesionales y aficionados se están empezando a cansar de tanta reunión, para recibir solamente buenas palabras y una foto. Las palabras no valen de nada, si no vienen acompañadas de hechos.

Los hechos es lo que ahora mismo la tauromaquia, los ganaderos, los empresarios, y los cientos de profesionales taurinos. La promesa de un político no vale nada, y para muestra un botón. ¿Cuántas veces han prometido cosas los políticos que nunca han llevado acabo? Miles de veces, porque al final, son comerciales del viento y la palabra. Y ya sabemos lo que pasa con las palabras… que se las lleva el viento.

Un momento de unión, sin precedentes en el mundo del toro, pero que no se utiliza para meter la correspondiente presión al político de turno. Muchos de ellos se lavan las manos, otros tardan en reaccionar, y otros prometen cosas que no van a cumplir. Mientras ellos se lucran con el dinero de nuestros impuestos, y les llega el sueldo a fin de mes, la tauromaquia pasa hambre.

Nos conformamos con muy poco, con migajas y buenas palabras. En ocasiones parece que vamos mendigando, y se nos huele el miedo que tenemos. Señores, la tauromaquia no pide limosnas, solo demanda lo que le corresponde por justicia. No solo poseemos valor económico, sino social, ecológico, artístico, etc.

Nosotros mismos tenemos que darle el valor que se merece a la tauromaquia. El conformismo es una lacra que a medio y corto plazo nos pasará factura y nos asolará. El momento de luchar es ahora. El momento de que los políticos cumplan lo que han “prometido”, es ahora. Al final, unos y otros se irán pasando la patata caliente, y ninguno moverá un dedo por ayudar a la tauromaquia. Las reuniones sobran, cualquier persona sabe que la tauromaquia esta sufriendo.

Las buenas palabras se agradecen, pero las acciones es lo que perdura, y necesitamos ahora mismo. Las apoyos son hoy, no dentro de 8 meses. Si los decretos, leyes, ayudas, las siguen retrasando, dentro de un tiempo se habrán perdidos ganaderías únicas; muchos toreros pasaran hambre y muchos empresarios se arruinarán.

Si tan aficionados son, que lo demuestren de la mejor forma posible, facilitando las demandas expuestas por la tauromaquia. No solo de fotos vive el hombre.

Por Juanje Herrero