Nuevamente, se ha pronunciado «Morante de la Puebla» sobre la penosa situación que nos ha tocado padecer. Una vez más, en el ABC, aunque sea en el de Sevilla, y en esta ocasión en un dialogo con el novillero, banderillero y periodista Jesús Bayort. Si la última vez, fue más socarrón y con respuestas más distendidas, en esta, ha cargado con acidez contra políticos y el mismísimo sector. Cargando con dureza y defendiendo la tauromaquia desde su punto de vista. Desvinculándose de todo, actuando «por libre», como el mismo afirma.

 

El encuentro tuvo lugar en la Plaza de España de Sevilla, mismo lugar en el que se había convocado un paseo reivindicativo por parte del mundo del toro. Según el diestro, se desconvocó por presiones de la Fundación del Toro de Lidia. Llega a afirmar que el ente no está dispuesto a perder la misérrima subvención que de los Presupuestos Generales del Estado recibe. Esto lo tiene tan claro como su resistencia a actuar bajo el dictado de alguien. «Morante» clama contra los complejos. Complejos que una vez más han surgido, en la presente ocasión, por miedo a ser responsabilizados ante un nuevo y bastante probable rebrote. Poco probable, al menos, que tuvieran su origen en el «marcha» taurina.

 

En un principio desvinculado de toda movilización, para no desacreditar la transversalidad social y política de cualquier reivindicación. Ante el temor de asociar maliciosamente tan legítimos intereses con el partido político al que él apoya, Vox. Así lo manifestó en la célebre y poco transparente reunión de Gerena, domicilio de Roca Rey. José Antonio afirma que se auspició por la Fundación para parar cualquier iniciativa independiente. Él se opuso, igual que a tantas cosas que allí se debatieron. No duda en calificarse como la oveja negra de la «cumbre».

 

Confiesa haber mantenido contactos telefónicos con Manzanares y Perera. A este último le preguntó por Carmen Calvo. También siente curiosidad por las gestiones de José Luis Ábalos. Somos muchos quienes nos lo planteamos. Sin embargo, no le atendieron al teléfono Francisco Rivera Ordóñez, «El Tato» y Salvador Vega. Tampoco los políticos a cuenta de la peregrina idea de reducir cuadrillas. Se le ha responsabilizado de esa idea. Él niega la mayor. En un ejercicio de sinceridad, confiesa cuál fue su tesis: reducir un picador en las novilladas, pero solo en plaza de segunda y tercera. Nunca en festejos mayores o en plazas de primera. Y siempre con un picador contratado por la empresa para guardar la puerta. No rehúye a reducir gastos relativos a la administración. Los más sangrantes y superfluos.

 

Vuelve a insistir en el tema de las puyas, pero ya es harina de otro costal…

 

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