Antes que cualquier sueño se haga realidad es necesario soñar…  y como decía Sarah Ban Breathnach “El mundo necesita soñadores y el mundo necesita hacedores. Pero sobre todo, el mundo necesita soñadores que hacen”.

Esta es la historia de dos amigos y socios, apasionados por el sueño del bravo, el romanticismo del ganadero antiguo. Jesús Alaiz y José Fernández  decidieron invertir en su sueño, no por ganar dinero ni fama, sino por el romanticismo más extremo del aficionado más exigente. Todos sus esfuerzos se unen ahora en un mismo camino, intentar sacar adelante una de las castas más perjudicadas por el sistema, Villamarta, Gamero Cívico y Jijona.

La oportunidad les sorprendido, y el destino eligió que la ganadería de Bernardino Sanz Giménez y Mariano Sanz Giménez fueran a parar a sus manos, algo que desde el principio les ilusionó desmedidamente. Una vacada que viene del más antiguo de Jijona, con algo de Gamero Cívico. La otra línea también en su origen es Jijona, pero con algo más de sangre Villamarta que se añadió años después.

Apostando por el encaste minoritario sin vacilar, con un concepto muy claro de lo que quieren que sean sus reses, la bravura como línea de partida. El caballo será algo imprescindible, lo toman como el termómetro indispensable del toro bravo, entre 7 y 8 varas. Un selección exigente, donde se busca la codicia, el recorrido, la repetición, la alegría pero siempre en bravo, siempre con casta. Quiere que disfrute el tendido, el aficionado, y el torero pueda convertir todo ese torrente de musculo en arte.

Las cosas no han sido fáciles desde principio, los ganaderos anteriores les entregaron las reses en muy malas condiciones, por ello llegaron a pender cerca de 100 reses. Un sufrimiento para unos ganaderos nobeles, sobrados de afición que supieron apretar los dientes sin llegar a desmoronarse. Un duro golpe, pero el carácter luchador y emprendedor que poseen hizo que la ganadería esta recuperada y hoy luzcan en todo su esplendor en la “Dehesa El Encinar” de Villalpando.

Toros Villalpando cuenta hoy en día con 150 reses, y varios sementales, siendo una de sus máximas prioridades analizar todos los comportamientos, conocer cada res, y refrescar la sangre para evitar consanguinidad e implementar la bravura. Un bonito trabajo el que tienen por delante, una apuesta por la tauromaquia íntegra como el objetivo principal de este joven sueño ganadero.

Tesoros genéticos se esparcen por el campo bravo español, esperando su oportunidad en un circuito saturado por el mono-encaste y la monotonía. Ganaderos que salvaguardan la llave de la bravura al amparo de sus fincas, llenando los corazones de los aficionados a la variedad de ilusiones. Reductos de tesoros genéticos que se crían hoy en uno de los pueblos con más tradición taurina de Castilla y León, Villalpando.

Por Juanje Herrero