Fiel a su cita, la Casa Chopera presentó, a principios del presente mes, la futura edición de las Corridas Generales de Bilbao: la Feria del equilibrio, según denominaban los antiguos, aunque, a vista de los carteles de ogaño, poco puede decirse de ello. El ciclo que preside Don Matías González, en su totalidad, manteniendo un mismo criterio, riguroso y necesario (¡qué tome nota Madrid!), transcurrirá desde el día 19 de agosto, sábado, hasta la jornada dominical de la consiguiente semana, 27 de agosto. Para sorpresa de muchos, los nueve festejos programados confirman lo que ya lleva muchos años alertándose: Bilbao ya no es Bilbao. Veamos…

El primer dato a destacar, curioso e irritante a partes iguales, es la exclusión de la novillada de la cartelería. Sí, la Casa Chopera, desconozco la razón, o me intento engañar a mí mismo, creyendo que no se debe a motivos económicos, ha decidido no programar un festejo menor. Luego hemos de tragar de los medios oficialistas, de las asociaciones profesionales y más rebaños de palmeros que se apuesta por el futuro, que existe un convencimiento sobre la continuidad de la Fiesta… ¡Patrañas! Precisamente, fue en el festejo novilleril de 2014 de donde salió proyectada una de las esperanzas blancas de los aficionados, o de los que nos creemos serlo: sí, José Garrido.

Para el primer festejo, se ha programado la ya tradicional corrida de rejones. Tal como es una regla no escrita, o sí, quién sabe, no se podrá disfrutar de la rivalidad y competencia de los dos colosos del arte ecuestre, a buen entendedor pocas palabras bastan… Para la ocasión se anuncian los “murubes” de Don Pedro Gutiérrez Moya, que, me supongo yo, llevará seis animales de los muchos hierros familiares, para que deleiten a la parroquia con extraordinarias montas y magníficos caballos, ante toros mochos, Pablo Hermoso de Mendoza, Andy Cartagena y Lea Vicens.

Tras la más que interesante corrida, primero proyectada en forma de terna, y por cuestiones del destino acabó deviniendo en un solo (encerrona se me antoja excesivamente peyorativo), aunque no fuera con los seis ejemplares, se anuncia la ganadería que el gran Don Álvaro Domecq Díez fundó: Torrestrella. Desde Medina Sidonia, de la Finca de “Los Alburejos”, enviará a tierras vascas el producto de su amalgama de sangres (Francisco Chica –Veragua e Ibarra-, Núñez y Domecq), para que le dé lidia y muerte un despropósito y rematado con malgusto cartel formado por Juan José Padilla, Antonio Ferrera y David Fandila, “El Fandi”. Primero y último en cuanto alternativa se encargarán de poner el toreo barato, vulgar y pueblerino. Me imagino que todos los lectores se preguntarán si Matías (disculpen la licencia) robará una oreja al pobre de David… Aunque son dos los puntos que más sonrojantes me parecen: que vuelva a anunciarse el jerezano tras desaprovechar un lote de triunfo de la que fue, a la postre, la mejor corrida lidiada en la anterior edición; y que Ferrera se vea en tal coyuntura.

Para el lunes 21, se prevé una corrida de la ganadería que mejores resultados ha dado en San Isidro, en sus dos comparecencias: los “núñez” toledanos de la familia Lozano, Alcurrucén. Este día se nos encogerá a todos el corazón, pues en teoría se anunciaba al recientemente despedido hacia la gloria eterna: Iván Fandiño. Rematarán el cartel el coloso del toreo mexicano, o al menos así lo llaman quienes se empeñan en “venderlo” a los demás, como si no fuéramos capaces de apreciar su toreo ventajista e insulso, Joselito Adame y Juan del Álamo. Dios quiera que este último mantenga lo que se le vislumbró en Madrid: figura más erguida, y por ende, natural; menos abuso del pico, aunque exista, y menos lineal su toreo; y algo más templado. ¡Qué se note esa Puerta Grande! Barata, eso sí, pero una “puerta grande” en definitiva…

La revelación ganadera de estas dos últimas temporadas, y espero, sinceramente, no gafar la racha, Jandilla se lidiará el martes 22 de agosto. Dicen que en Bilbao aún se acuerdan de aquel lejano, ya demasiado, 23 de agosto de 2011, en el que Morante de la Puebla realizó una verdadera demostración de cómo se torea… A ver si vuelve pronto a esa senda. Formarán cartel con él, Julián López Escobar, “El Juli”, que compone el muletazo con una figura parecida a un cáncamo, citando valerosamente con el pico y al hilo del pitón y con un sin fin más de ventajas; y Andrés Roca Rey, al que algunos se empeñan a llamar el futuro José Tomás. Me ahorraré los comentarios.

La cita con el toro tendrá su primera comparecencia en la fecha del miércoles 23 de agosto, fecha para la que se esperan los “albaserradas” de Don Victorino Martín Andrés, hierro siempre interesante por su variedad zootécnica y temperamental. Diego Urdiales abrirá el cartel de la tarde, que se ha ganado un prestigio considerable en el Coso bilbaíno, a base de su toreo puro y clásico, esperemos que esté más acertado que en Las Ventas. Además, parece que vuelve a la senda que lo impulso al respeto de la afición, y que nunca debió abandonar. Ya se imaginan cuál. Los ya habituales en este tipo de corridas, Manuel Escribano y Paco Ureña cerrarán la terna.

Jueves 24: toros de Garcigrande y Domingo Hernández, para Julián López, “el Juli”; Alejandro Talavante; y José Garrido.. Ganadería del azulejo, que a muchos nos sorprendió por su comportamiento. No fue a lo que el ganadero charro nos tiene acostumbrados: un desfile de toros inválidos, mansos y descastados… Incluso con un toro de excelente comportamiento en varas, “Granaíno”, que ya se ha convertido en parte del memorial de muchos aficionados. En cuanto a la terna, del primero vale lo dicho supra; el pacense es, ahora mismo, de las autoproclamadas figuras el único de llamar la atención de cuantos acudimos a una Plaza de Toros, por su pureza y fantasía, espontaneidad, eso sí, todo ante la muñeca chochona. La expresión de “ay, si Talavante se encontrara con un Toro” quedó desacreditada rotundamente el San Isidro anterior, cuando hubo de enfrentarse a un “victorino” que le ofreció complicaciones. Vergonzoso resulta el trato dispensado al que fuera pupilo de Ferrera, tras ser el indiscutible triunfador de la edición de 2016. Más allá de los números, dejó enormes sensaciones, sobre todo ante ese duro y dificultoso “Barbadura” de Torrestrella, toro que derrochó casta y viveza, al que Garrido sin impuso sin ningún atisbo de dudas, en una tarde presidida por la hombría.

Doble comparecencia, y además consecutivas, para el indiscutible torero de esta Plaza: Enrique Ponce. El torero de la eterna juventud, que tras veintiocho temporadas ininterrumpidas, sigue con la misma ambición, tan añorada hoy en los novilleros, por ejemplo. Espoleado viene por su Puerta Grande en Madrid, discutida y polémica. La primera tarde, la de 25 de agosto, se anunciará, para dar lidia y muerte, con la ganadería madrileña de Don Victoriano del Río Cortés, los descendientes de “Aldeano” mantienen la duda sobre cuál será el comportamiento que desarrollen en el serial, muy condicionado por las comparecencias en la Capital: corrida medianamente aceptable, dentro de las ganaderías comerciales, la primera; y bochornoso desfile de inválidos y descastados, la segunda. Junto al de Chiva, se contará con la presencia de José María Manzanares, uno de los máximos exponentes del toreo 2.0, cuyos únicos méritos son haber nacido hijo de un torero con cierta trascendencia, y el reciente triunfador de San Isidro: Ginés Marín. ¡Cómo está Extremadura! Para la segunda tarde, los toros serán de El Puerto de San Lorenzo, ganadería triunfadora de la pasada edición, única comparecencia del que fuera célebre encaste Atanasio Fernández y Lisardo Sánchez. Rematarán el cartel: Diego Urdiales.

Concluirá el serial, como está mandado, la vacada sevillana de Miura, dato a analizar cuando aún nos estamos recuperando de la resaca que supuso la corrida que cerró San Isidro. Dios quiera que fuera solo un tropezón puntual. En esta ocasión, no se anuncia las “figuras”, entre mil comillas, como es algo normal, por desgracia. Se cuenta con Fortes, torero en constante evolución, que protagonizó de los más dramáticos momentos sobre los ruedos españoles en los últimos años, que está haciendo del temple su principal arma; Juan Leal, que confundió la Plaza de Toros de Las Ventas con un pueblo, pues instrumentó un absurdo e innecesario arrimón; y Román, que bastante tiene con sus carencias…

Como ven, Bilbao ha perdido sus formas, mismo proceso experimentado por la Joya sevillana, la Monumental capitalina y un sin fin de cosos, como la Fiesta misma, en definitiva.

 

Por Francisco Diaz