Cada vez que uno viaja y pasa por la Autovía de Andalucía, justo al llegar al km 265 en el término municipal de La Carolina nos encontramos con el complejo hostelero de Orellana Perdiz, un enclave único para los amantes de la buena gastronomía teniendo como plato estrella la perdiz en sus distintos platos y su rico paté, y como no lugar para aficionados al toro, corría el año 1948 cuando los padres de D. Andrés Orellana abrieron una venta en la antigua Carretera Nacional IV, siempre ha sido un lugar de paso de taurinos, ganaderos, toreros y apoderados, donde mantenían buenas tertulias. D Andrés siempre quiso cumplir el sueño de hacerse ganadero de bravo, y tenía muy claro que su encaste sería el de Murube-Urquijo, porque decía que era un toro noble y que tenía un galope que era todo un lujo, era como una jaca con señorío. El maestro Antonio Ordóñez otro apasionado de este encaste le recomendó que se hiciese con ganado «murubeño».
En 1988 se ingresa en la Asociación Nacional de Ganaderías de Lidia por la compra de la ganadería «La Rinconada», propiedad de D. José Víctor López, que estaba formada por vacas de los Hermanos Montoliu Navarro y un semental de Martínez Uranga.
Ese mismo año elimina todas esas reses y compra un lote de vacas a D. Fermín Bohórquez procedentes de Murube y un semental de Urquijo llamado «Oloroso» de la misma procedencia.
Estos toros pastan en los restos arqueológicos donde tuvo lugar la batalla de Las Navas de Tolosa el 16 de Julio de 1212 entre los ejércitos cristianos y árabes por la conquista de Andalucía, aún se conserva parte del castillo donde hoy en día los toros son sus guardianes.
Tras el fallecimiento de D. Andrés, sus hijos son los toman el relevo con los negocios y continúan ese legado hostelero y ganadero,hay que decir que es una de las 5 ganaderías de la provincia que de Jaén que ofrecen turismo rural entorno al toro bravo, se pueden hacer rutas guiadas en 4×4 por la finca, asistir en su plaza de toros a tientas o capeas, y como no hospedarse en su gran hotel.
En 2017 lidiaron 4 toros en la localidad madrileña de Ajalvir en una corrida mixta a pie, lidiados por Alberto Álvarez y Andrés Palacios, aunque no se prodigan mucho por las ferias, estos «Murubes Jiennenses» siguen teniendo esa clase y bravura que tanto admiraba su fundador, otra de las joyas genéticas que tenemos en el campo bravo de nuestra provincia.
Les deseo a los ganaderos mucha suerte y espero verlos pronto anunciados en los carteles ya sea en novillada, corrida de toros o de rejones.
Por Javier Ratia