Los pueblos son el pilar fundamental de la tauromaquia. Por ellos tiene que pasar la regeneración y el futuro de la fiesta. Las corridas en los pueblos valen para medir la salud de la tauromaquia. Hoy en Ossa de Montiel hemos visto que la tauromaquia está pasando un bache importante, en el que la seriedad se ha perdido, y el “todo vale” es una constante. La integridad es algo fundamental, muy necesario en los tiempos que corren, y el ejemplo con el que debemos predicar. Da igual en una plaza de primera, como en una de pueblo, y estamos normalizando algo que no debería consentir, ni por parte de los aficionados, ni obviar por parte de la prensa, ni por los profesionales taurinos, y estamos hablando del afeitado.

Una corrida larga, muy larga, de casi tres horas. Con muchas más sombras que luces. Cabe resaltar la buena lidia de Antonio Chacón en el primer toro, un gran par de Carpio, el tercero de la cuadrilla de Esaú Fernández también estuvo muy atento a la lidia, al igual que la profesionalidad de Álvaro Oliver, el alicantino ha sido de lo mejor de la tarde, tanto con el capote, como con los rehiletes.

Los toros han sido sosos, descastados, y escasos de fuerza. El cuarto de la tarde llegó con algo más al tercio de muleta, él ¿Por qué?, fue que Esaú Fernández ni lo puso en el caballo. Sinceramente, los toros no han estado a la altura de las expectativas de la corrida.

Esaú Fernández ha cortado 3 orejas, en la primera de la temporada. En su primero, un toro que se vino abajo muy rápido, no pudo llegar a darle forma a la faena, poco más podía hacer. Empezó el torero sevillano con ganas, con actitud citó de rodillas desde el tercio; el toro se rajó rápido, un mansurrón con genio, que apenas tenía nada. Estocada Baja y oreja. En su segundo, a la postre el más exigente de la corrida, Esaú Fernández  guardó a su oponente para la faena de muleta, procurando que llegara con más fuerza que sus hermanos. Apenas se le picó en el caballo. El torero no acabó de cogerle el aire al toro en ningún momento, sin acoplarse del todo la faena no llegó a coger vuelo, aunque saco tandas meritorias con la mano derecha, siempre estuvo con mucha actitud, hay que pensar que es la primera de la temporada. No ha sabido sacar todo el jugo que tenía un toro con el que podía haber expresado un toreo más rotundo, demasiados trallazos en una faena que al final se hizo muy monótona y previsible. Pinchazo, Estocada contraria, descabello. Dos orejas, y vuelta al ruedo por orden del torero a un presidente sin criterio.

Filiberto no tuvo suerte con su lote, los toros llegaron muy justitos al último tercio, parándose rápido. No tuvo tampoco el día con la espada, pero si dejó el inicio de faena con más gusto de la corrida. Con sabor añejo, lo fue sacando hasta los medios, moviendo la tela con torería. En el quinto dejo muletazos sueltos de mucho sabor. Poco más pudo hacer, ante oponentes demasiado agarrados al piso.

Mario Sotos ha pinchado la mejor faena de la corrida, al que hizo tercero de la tarde. Una faena que estuvo más asentado y ajustado con la mano derecha que al natural, donde sacaba demasiado al toro de cacho. Fue una faena que tuvo mucho mérito, sacando agua de un pozo seco, la espada le ha privado de cortar las que serían las primeras orejas de la temporada.El presidente le concedió una oreja muy facilona.  En el último de la tarde, empezó a torear cuando ya no tenía toro. Entre el cante, la banda de música, el toreo se diluyo y cuando quiso construir algo, el toro no tenía nada.

La colocación en la vida es muy importante, como decía el maestro Chenel “hasta para colocarse en la barra de un bar es importante la colocación”. Hoy en Ossa de Montiel la colocación no la han encontrado, ninguno de los toreros, y lo peor es que no es por falta de preparación. Hay que seguir trabajando.

Por Roberto García

Fotografía Jorge Alvarado