• La elegancia del rejoneador estellés y la entrega de Roca Rey sirvieron hoy en Sanlúcar para que el público disfrutara de una interesante corrida

Ganadería.- Se lidiaron cuatro toros de Núñez del Cuvillo y dos de Fermín Bohórquez para rejoneo. Colaboradores y nobles.

Pablo Hermoso de Mendoza con chaquetilla roja bordada en plata. Dos orejas y oreja.

Andrés Roca Rey de grana y oro, oreja, oreja, ovación tras aviso y oreja.

Incidencias.- Casi lleno en tarde de calor.

Quizá se esperó más de este espectáculo que tanta expectación había levantado. Era posiblemente la primera vez que Roca Rey se encerraba con cuatro toros. Por otro lado, Pablo Hermoso de Mendoza, no ha toreado este año en Jerez y en El Puerto no se recuerda el tiempo. Por tanto, había ganas de ver a esta gran figura del rejoneo actual. Por esto y por cómo estaba la plaza, quizá se esperaba algo más. El marco era único. Sanlúcar de Barrameda es siempre un motivo más que suficiente para ver toros. El ambiente, la zona, la gastronomía y un buen puñado de razones más. Pero quizá no se llegó a tocar el techo. O sí. Porque nadie salió disgustado del festejo, aunque no fuera finalmente lo que todos hubiéramos soñado. En cualquier caso mereció la pena. Porque ir a Sanlúcar siempre merece la pena. Aunque toree el ‘Platanito’.

El temple de Pablo Hermoso salió a relucir desde los primeros compases de la lidia, parando a su primer toro en los medios. En banderillas colocó a dos pistas y dio los pechos al toro con sus caballos. Con elegancia y soltura. Destacó con un caballo nuevo llamado ‘Indico’. Un jaco combativo que puede dar tardes de gloria. Mató de un certero rejonazo.

El cuarto de la tarde se quedó muy parado y apenas colaboró. Todo lo puso el rejoneador estellés destacando con ‘Disparate’. Por su entrega, el público le concedió una oreja.

El primero de Roca Rey fue un toro que fue a menos que no sirvió apenas para el lucimiento. Conforme se sucedían las tandas el toro se quedaba más corto y deslucido. Gran volapié como remate a la faena.

Su segundo toro se quedó corto en el capote. Roca Rey a base de exposición le fue bajando la mano y alargando los muletazos. Un toro que se fue complicando y que no regaló ni una embestida. Faena valiente y de exigencia en la que ganó al final el de luces.

Muy noble fue el quinto. Al que Roca Rey toreó por delantales con el capote y en una faena en la que destacó con la zurda. Una serie larga y templadísina. Una labor que fue de menos a más hasta acabar rematando con un dominio total del toro que lo muleteó a placer en las últimas series. Le pidieron el indulto. Finalmente lo pinchó dos veces y se escapó el triunfo. Cosas de la ‘indultitis’ que sufren algunas plazas.

El mejor fue el sexto. Apretó en el caballo y galopó en banderillas. Roca comenzó con pases cambiados por la espalda en los medios. Redondos con mando para domeñar las codiciosas embestidas del burel. Y por ese pitón construyó prácticamente toda la faena. Circulares invertidos y manoletinas finales para colocar una buena estocada.

Por Manuel Sotelino