Hace unos días se presentaba la corrida del 140 aniversario de la plaza del Puerto de Santamaría. La corrida es organizada por la empresa Lances de Futuro, propiedad de José María Garzón, que a su vez es el apoderado de Paco Ureña. El cartel es Ponce, Morante y Aguado con toros de Juan Pedro Domecq.  Días después, la prensa del torero murciano emitió una escueta nota de prensa dando por finalizada su relación de apoderamiento.

Apenas 8 meses de comenzar su andadura, Paco Ureña le dio puerta a su apoderado. Realmente, si somos sinceros, Paco Ureña no pintaba nada con Garzón. Con todo el respeto del mundo, pero se equivocó. Después de pasar por grandes casas como los Chopera, Simón Casas y ahora Garzón, no sería lo más correcto ir por libre. Con la fuerza que tiene lo podría haber hecho, y todavía lo puede hacer, y ser un ejemplo.

Buscar un apoderado a la antigua usanza, que mire por él, que se hable todo, y se cree un vínculo especial. Un apoderado que esté dispuesto a luchar por su dinero, a luchar por los carteles, a desvivirse por la persona a la que apodera, crear una dupla única como en su momento han creado grandes figuras del toreo.

En estos momentos, en el que Paco Ureña tiene ambiente; suena entre los aficionados, este en un gran momento como torero, porque no acordarse de algún veterano en mil batallas, un taurino respetado, un taurino querido, por ejemplo… se me viene a la cabeza Carlos Zuñiga Padre. Tal vez, es lo que necesita el murciano, un castellano de palabra.

Ahora le llegaran unas cuantas ofertas, y los voceros, palmeros, interesados le regalaran la oreja con palabras, arcoíris y unicornios. Pero es el momento de lanzar la pata “palante”, tirar la moneda al aire, y ser una figura independiente, única y dinámica.

¿Será capaz, o se volverá a refugiar bajo las faldas de las grandes casas, el típico empresario/apoderado?

Por Roberto García