Allí en esa tierra tan bonita de Algeciras (Cádiz) donde la luz del sol parece brillar con más claridad conocí en la plaza de toros al torero Diego Moreno, corría el mes de febrero del año 1981.

Ese invierno me ayudaba Juan Luis Bandrés (D.E.P.) un Vasco afincado en Algeciras que tenía una compañía naviera y se había introducido en el mundo del toro como ganadero y empresario taurino junto con su socio Sayalero, además de ayudarme a mi apoderaban a toreros importantes de la época como los Maestros «Antoñete», Rafael de Paula, «Currillo» y Ortega Cano.
Aquel invierno viajé de Madrid a Algeciras con el maestro Ortega Cano y semanas después también llegó de Madrid hacia el mismo destino el maestro «Antoñete», estuvimos viviendo  desde el mes de febrero hasta mediados de mayo entre Algeciras (Cádiz) y Montellano (Sevilla)  pueblo donde tenían estos señores la finca, aunque la mayor parte de aquel invierno la pasamos en Algeciras donde entrenábamos de salón todas las mañanas y salíamos hacer ejercicio por la tarde.

Estábamos allí para hacer tentaderos por aquellas tierras y estar concentrados en los entrenamientos.

Uno de los muchos días que subí a entrenar a la plaza conocí a Diego Moreno que por entonces era novillero.

Diego, era un novillero a la antigua usanza, un luchador, adquirió gran parte de su oficio como tantos otros actuando en la parte seria del espectáculo cómico taurino «El Bombero torero», después toreo varias novilladas por su zona y también alguna por la comunidad de Madrid, incluso llegó a torear en la plaza de las Ventas y la Maestranza de Sevilla, toreó varias novilladas picadas y estuvo muchos años en la lucha como novillero y cuando pasaba de la treintena larga de años y ante la falta de contratos se hizo banderillero.

Con Diego, surgió buena amistad desde que lo conocí en Algeciras, le veía un tío serio que quería ser torero y tenía mucha afición, coincidimos también en aquellos tiempos siendo los dos novilleros en un programa de radio de la cadena Ser de Algeciras aquel día recuerdo que también estaba en el estudio el maestro Ortega Cano y como el también conocía a Diego de entrenar en la plaza de toros al término de la entrevista me dijo que a Diego le veía con afición y que además le parecía buena gente.
Después de todo aquello cada uno siguió su destino el maestro O. Cano, algunos años después se puso en figura del toreo, Diego, como he dicho se hizo banderillero en 1986 y yo algún año después en 1989.

El destino y el propio Diego quisieron que se viniera a Madrid y casualmente cayó por la casa de campo madrileña una tarde de un 14 de agosto de 1986  estaba recién hecho banderillero y yo estaba entrenando al día siguiente toreaba en un pueblo de la provincia de Valladolid concretamente en Tudela de Duero y como al preguntar a Diego, que es lo que hacía por Madrid y él me dijo que se había hecho banderillero y venía a buscarse la vida por aquí le di la novillada para que torease en mi cuadrilla al día siguiente, Diego Moreno, cayó de pie en Madrid.

Después de aquel festejo conmigo le di algunos más.
Diego, por su carácter agradable y bromista gozó siempre del apreció de quien le tratamos y nos brindó su amistad.

Es un andaluz bueno con alma también de Madrileño, aquí se adaptó bien, nunca olvidaré que cuando me vine a vivir de Madrid a Móstoles me ayudó a hacer la mudanza de los muebles junto con algunos amigos más.

En la actualidad vive a caballo entre Madrid y Algeciras.
Ha dedicado toda su vida al toreo y hace ya algunos años que se retiró de los toros y vive de su digna pensión.

Le veo menos pero hablamos de vez en cuando y mantenemos la amistad desde que nos conocimos en su Algeciras en aquel lejano febrero del año 1981.

Julián Maestro, torero