Voy a contar algunos de los recuerdos que guardo de aquellos años, especialmente las reflexiones que en su día me hiciera mi hermano.

Lo primero que se me viene a la memoria es que tenías toda la habitación y toda la terraza de casa empapelada de carteles taurinos y llena de fotografías, cartel que caía en tus manos, cartel que traías y pegabas por casa.

Tengo que contarte que de alguna manera siento que tu profesión no ha sido justa del todo contigo, sí ,ya sé que me cuentas que no solo contigo sino con casi todo el que se mete en tu profesión, siempre me dices que es muy difícil y tal,  pero yo hablo de ti porque aparte de que eres mi hermano he sido testigo de primera mano de tu lucha, de tus sacrificios, de tus ilusiones, no comprendo como con la edad que tienes todavía puedes tener esos pajaritos en la cabeza, cada vez que me cruzo contigo te suelo ver en chándal, me cuentas que vienes de hacer deporte, andar, correr, que toreaste tal o cual día, me hablabas de inviernos duros, y yo me pregunto con todo el cariño del mundo, ¿cómo este loco puede seguir con el tema de los toros en la cabeza, es que no ha tenido bastantes escarmientos, cornadas, sinsabores, alguna temporada de escasez …? En fin en algunos aspectos no te comprendo, pero en el fondo te admiro profundamente porque siempre has sabido vivir tu vida y siempre has hecho lo que has querido hacer.

De todos modos me alegraba por ti que ejercieras lo que te gustaba, aunque fueses banderillero cosa que a mí nunca me agradó pero que te respeté.

Volviendo a los recuerdos, fui testigo directo de cuando te cortaste de novillero la coleta en Madrid, ¿te acuerdas?, yo fui quien te llevo a la plaza en coche, a ti y a tu cuadrilla y fui el primero que te echó la bronca ante lo que consideré en aquel momento que había sido una precipitación en aquella toma de tu decisión de aquel instante, me acuerdo de las caras tan serias que traíais en el coche todos, un banderillero de tu cuadrilla recuerdo que para romper el silencio y la tensión de aquel momento dijo en alto “hay que tener muchos cojones para hacer, Julián lo que tú has hecho, cortarte la coleta en Madrid con tan solo 25 años», recuerdo que yo contesté, «más cojones hay que tener para seguir adelante». Me sentí indignado de ver como tiraste en cuestión de un segundo toda una carrera que había comenzado muchos años atrás.

Me acuerdo de anécdotas, recuerdo de aquella surgida en Olmedo (Valladolid) en el año 84, cuando fui contigo a hacerte las funciones de mozo de espadas y nunca más lejos de la realidad, pues saltó un novillo al callejón de la plaza y cuando me reclamaste para darte los trastos de torear, ya estaba yo sentado en el tendido.

Otra anécdota que se me viene a la memoria ahora es de un día que ibas a torear a Vitoria, (Álava), recuerdo perfectamente que en aquella época tú eras algo supersticioso y en el camino del viaje vi a una persona coja, te tapé instintivamente los ojos con mis manos, te extrañó esa actitud y cuando pasamos aquella persona y te quite las manos, me preguntaste por aquella reacción, te comenté que era para que no vieses al cojo, menuda bronca me echaste, pues el apoderado tuyo que también venía con nosotros en el coche era una persona coja.

Siguiendo con la vida de ahora, aunque sin olvidarme a veces de aquellos tiempos, decirte que apenas fui a verte actuar de banderillero y eso que habrás toreado más de ochocientas tardes entre todos esos años, en mí no encaja, ver a un torero que admiré verte como te agachabas a recoger las flores y objetos que echaban al ruedo al torero con el que ibas.

Aunque respeto tu labor de banderillero y la de tus compañeros, pero yo me quedo con aquel tiempo de tus primeros años  de novillero.

La última alegría de tu profesión que me diste fue el día de tu alternativa, pues disfruté e hiciste disfrutar a los aficionados al buen toreo.

Después, te vi feliz actuando de banderillero y a veces aconsejando a los chavales con los que ibas, de todas formas a pesar de que no comparto contigo alguna de tu filosofía de vida, para mi eres un triunfador de la vida, eres rico en amigos y lo más importante eras incansable en lo que te gusta, un beso y un abrazo hermano. (Alfonso)

Yo no puedo convencer de mis pensamientos y sentimientos porque para expresar lo que es el sentir aún no están inventadas las palabras.

Julián Maestro, torero