Hace algo más de una semana terminó la Gira de Reconstrucción y es hora de hacer un pequeño balance. No pretendo que esto sea un análisis artístico o estadístico, pues he de reconocerles que no he visto todos los festejos…la mayoría de veces por pereza. Y aquí va la primera conclusión: una gran parte de los carteles no tenía ningún atractivo o carecía de sentido. La ausencia de las figuras en este circuito ha sido algo sorprendente. Morante, Manzanares, El Juli o Roca Rey no estaban presentes en los carteles, y no sé si es por propia voluntad o porque la FTL no ha querido que estuvieran. Si es lo primero sería vergonzoso, pues mucho paseo en mayo pero a la hora de la verdad que arrime el hombro otro.

Otro aspecto negativo ha sido el lidiar sólo cuatro toros, cuya presentación ha dejado que desear en varias tardes, muchos de ellos con pinta de utrero y una integridad en sus astas que muchas tardes ha sido más que sospechosa. Como siempre, los festejos en los que se han lidiado los toros más serios ha sido en las que estaban acartelados los hierros “duros”. Y a esto hay que añadir la falta de variedad en el ámbito de los encastes, pues el 62% de las reses lidiadas procedían del tronco Juan Pedro Domecq. Se ve que los ganaderos de Vega Villar o de Contreras no necesitan lidiar sus animales. Menos mal que había que dar un giro al sector y hacer una fiesta mejor después del paso del COVID.

Pero el circuito también ha tenido aspectos positivos, y uno de ellos ha sido el realizar los festejos en pueblos, que son uno de los pilares de la fiesta. En la era post-COVID, se deberían impulsar los festejos en pequeños municipios, pues en la última década cientos de ellos han visto imposible la organización ni tan siquiera de una novillada sin picadores. También es cierto que se podían haber realizado festejos en otras comunidades que no fueran Andalucía y Extremadura (con la excepción de La Rioja).

Es de agradecer la labor de la FTL, pues gracias a ella hemos podido disfrutar de dos seriales de festejos: el Circuito de Novilladas de Castilla y León y la Gira de Reconstrucción. Esto debería de servir a todos los empresarios que manejan el cotarro, que han estado tumbados a la bartola todo el año sin intención alguna de dar festejos en plazas importantes. Y con respecto al trabajo de la Fundación también hay que resaltar el cumplimiento a raja tabla de las medidas sanitarias. El sector ha sido ejemplo de organización de cara a la sociedad entera, pues en ninguno de los festejos que se ha celebrado ha surgido un brote masivo.

Por último hay que mirar hacia el futuro. El año se presenta con mayor incertidumbre de la que había cuando empezó la “temporada” y sería bueno que este tipo de eventos continuase existiendo, pues si se enfoca bien es un gran escaparate de ganaderías, toreros y pueblos interesantes para el aficionado. El camino de este aciago año ya lo hemos hecho, y lo que se presentaba como el acontecimiento taurino del año (junto con la corrida de Córdoba) ha dado que hablar y no ha dejado indiferente a nadie. Pero… ¿Para este viaje hacían falta tantas alforjas? Ustedes dirán…

Por Quique Giménez