A continuación se expone el método que usa, personalmente, el autor para reseñar los toros en sus crónicas. Es personal, luego no es ni el aceptado por la veterinaria en algunos puntos ni está hecho a suertes, sino que se ha completado con el criterio de uno mismo y, por tanto, está sujeto a los cambios que cada uno desee hacer. El objetivo es simple: descripción del pelaje de un toro bravo con el mayor detalle posible (para que un pintor, si escuchara, pudiera ser fiel a la descripción y pintara un toro al menos parecido al que se está contemplando, como dice un conocido blog torista). Si ésto lo viera algún veterinario taurino o estudiante de veterinaria, probablemente quedaría en shock al leer determinados aspectos pero, como digo, es un método personal que en ningún caso pretende sentar cátedra sobre el tema.

La reseña del toro de lidia por su pelaje es un tema, aunque desconocidos los detalles para una mayoría, resultan éstos sumamente interesantes. Las diferentes y variopintas combinaciones de pelos dan lugar a las más inverosímiles capas, las cuales suponen un auténtico reto hasta para el mayor experto en la materia.

En ésta serie de artículos se propone un nuevo método para nombrar los pelajes del toro, aunando las antiguas formas con el actual modo de hacer en éste sector del mundo taurino. La clasificación de los pelos (P) y accidentales (A) queda así:

Simples (P): negro, colorado, jabonero, tostado, cenizo o ratonero y ensabanado con sus respectivas variantes. Los cuales hoy expondremos.

Compuestos (P): sardo, salinero, berrendos, castaño, cárdeno, burraco y flor de gamón con sus variantes si las tuvieran.

  • – Generales (A).
  • – Tronco (A).
  • – Extremidades y cola (A).
  • – Cabeza y cuello (A).
  • – Rizos y pelo general (A).

Los pelajes simples son aquellos que están formados por un solo color, un solo pelo. Son: ensabanado, albahío, jabonero, barroso, colorado, melocotón, retinto, tostado y el clásico negro. Además, todas ellas presentan diversas tonalidades, lo que aporta dinamismo a la acción de reseñar un toro bravo.

Antes de empezar, se ha de aclarar que estos pelajes pueden presentar diversos nombres según la zona peninsular en la que nos encontremos y no todos ellos se ven aquí reflejados.

El pelo ensabanado es aquel formado por pelos blancos en su mayoría y representa un 0.099% (según los datos expuestos por Adolfo Rodríguez Montesisnos en su libro Pelajes y encornaduras del toro de lidia, Biblia de ésta materia y de la cual se ha nutrido éste método) del total de las reses en el campo bravo. Sobre este pelaje pueden aparecer otros en forma de mancha como el accidental mosqueado, capuchino… del color que fuere. También llamado blanco, albo o palomo.

Toro de capa ensabanado

El toro albahío (0.019% de la cabaña brava) es aquella res de pelaje blanco pajizo, amarillento, difícilmente diferenciable de un jabonero muy claro si no fuera por tener las mucosas de los ojos y el hocico rosadas. Es más frecuente en becerros que en reses adultas.

Novillo de pelaje Albahio lidiado en las ventas el año 2015

El jabonero es el pelaje de color similar al jabón natural, como café con leche claro. Se le llama también, aunque más desusados hoy día, con el nombre de changuerre, pajizo, trigueño o herrengue. Hay dos variantes: claro y sucio. El claro es de pelaje brillante y ligeramente amarillento, de fácil confusión con el albahío, mientras que el sucio es de tono más oscuro y presenta zonas (pecho, vientre, cabeza y cuello e incluso lomo del animal) más oscuras, como si fueran barro o suciedad. Mención aparte merece el perlino, jabonero claro pero con un acentuado brillo. Similar al jaro.

Añojo de pelaje jabonero claro

Novillo lidiado en las ventas de pelaje denominado jabonero sucio

El cenizo o ratonero es el toro de pelaje gris, de color gris y no mezcla de pelos blancos y negros (cárdeno). Es raro.

Toro de Piedras Negras de capa ceniza

El tostado es aquel de pelaje marrón, no confundir con el barroso, de tono mate, generalmente sin brillo.

Toro de capa tostada

El pelo colorado (6.43%) es el más prolífico en cuanto a tonalidades y nombres para las mismas. Ordenadas de más oscuro a más claro son:

  • Retinto o bronceado (0.11%): como el pelaje de la raza retinta. Generalmente desigual, como si se hubiera teñido de colorado varias veces. También llamado torniclaro.
  • Barroso o cervuno: también llamado barquillo o pardo. Pelaje similar al jabonero sucio pero con los tonos tierra o «suciedad» más marcados y extendidos.
  • Colorado avinagrado: similar al vinagre. Tono brillante y de matices violáceos (en palabras de Adolfo Rodríguez Montesinos).
  • Colorado jijón o C. encendido: también bermejo. Colorado fuerte, rojo intenso, y brillante. Similar al fuego.
  • Colorado, en sí mismo(6.43%): royo, rojo, perdigón, aperdigonado o rosuelo. Colorado tal cual.
  • Melocotón (0.17%): también llamado amelocotonado, overo, aleonado o azafranado. Colorado claro, incluso levemente blanquecino y rosáceo como la piel de la fruta de la que toma nombre.
  • Jaro o rubio: dorado, como un jabonero claro pero más terroso. También llamado asajarado.

Toro de pelaje retinto

Toro colorado avinagrado

Toro colorado en si mismo

Añojo de capa melocotón

Por otro lado, el pelaje negro es el mayoritario en la raza de lidia, suponiendo un aproximado 80% de los efectivos de bravo. Diferenciamos tres variantes y lo que considero una excepción:

  • Negro zaino: toro negro de pelo mate (generalmente) y carente de pelos blancos.
  • Negro azabache: toro negro de pelaje brillante, lustroso, aterciopelado y con matices azulados, como la piedra de la que toma nombre. También llamado antiguamente mohino o mojino.
  • Negro mulato: pelo negro con matices rojizos y sin brillo. También nombrados como hosco, pardo o raspipardo y peceño o pecero (las cuatro últimas arcaicas y en desuso, aparte de no ser recomendable el uso de ninguna).
  • Negro entrepelado: sobre la pinta negra se observan leves pelos blancos, a modo de canas, los cuales hacen parecer al toro negro de pelaje cárdeno oscuro, pero diferenciable de éste por ser algo más oscuro debido a que hay zonas en las que no hay presencia de pelos blancos. Ésta es la excepción, ya que realmente el «entrepelado» se trata de un accidental o particularidad, no de una variante del pelaje, pero al darse sólo en un par de pelajes he decidido incluirlo como variante del negro y del castaño.

Toro negro zaino

Toro negro azabache

toro negro mulato

Toro negro entrepelado

En la segunda parte expondremos los pelajes compuestos y explicaremos cada variante que éstos tienen al igual que hemos hecho con los simples, continuando así con ésta serie de pelajes y accidentales del toro bravo.

Por Quesillo