Los accidentales del toro son aquellos que realmente complican más a quien lo reseña. Así, son estos elementos los que aportan ciertamente lo interesante en ésto y son capaces de volver loco hasta al más cuerdo. La clasificación es concreta pero amplia, ya que son muchos los accidentales que puede presentar el toro: generales, del tronco, de las extremidades, de la cola, de la cabeza, del cuello y finalmente según los rizos. En este caso, los generales son aquellos aplicables a cualquier zona del cuerpo, de ahí su nombre. Además suelen ser relativamente comunes según la procedencia de la res y se pueden manifestar en mayor o menor proporción en el toro, y son:

  • Anteado: es el toro que, normalmente desde el lomo hasta la media panza tiene redondeles de pelaje más claro. Habitualmente, o más bien en la casi totalidad de los casos, se da en pelos colorados.

Novillo “Peladito” de El Cortijillo. Colorado anteado.

  • Armiñado: sobre pelaje claro encontramos pequeñas manchas o motas negras o de colores muy oscuros que dan la sensación visual de ser del tejido elaborado con la piel del armiño (Mustela erminea).

Toro “Matoncillo” de Nazario Ibáñez. Negro mulato armiñado.

  • Atizonado: se trata de un accidental similar al carbonero (pelos blancos y negros mezclados irregularmente e incluso a manchas muy poco definidas) pero en el que predomina el blanco.

Novillo “Cupletero” de Los Maños. Cárdeno atizonado.

  • Carbonero: similar al atizonado, pero predominando el pelo negro o estando en mayor o menor equilibrio.

Novillo “Zoletillo” de Juan Antonio Ruiz Román. Cárdeno carbonero.

  • Chorreado (3.73% del total de las reses de lidia lo presentan): se dice chorreado al toro que presenta líneas de pelo claro u oscuro que le caen desde el lomo.

Toro “Alcaparro” de Alcurrucén. Negro chorreado en morcillo.

  1. En morcillo (2.08%): sobre pelaje oscuro se disponen las líneas a modo de chorreones de un color más claro, habitualmente rojizo.
  2. En verdugo (1.64%): sobre pelaje claro se disponen chorreones de pelaje más oscuro de colores rojizos claros o negros. En este grupo se enmarca el jabonero chorreado, rareza a destacar dentro de este accidental.

Toro de Pedraza de Yeltes. Colorado chorreado en verdugo.

  • Entrepelado (4.84%): pelos blancos a modo de canas distribuidos por zonas del cuerpo, siempre sobre pelo oscuro y poco uniforme.

Toro de Miura. Negro entrepelado.

  • Estornino: es justo el contrario al armiñado, ya que éste es sobre pelaje oscuro y las manchas son blancas, al igual del ave de la que toma nombre: el estornino pinto (Sturnus vulgaris).

Eral de Concha y Sierra. Negro estornino. Foto cedida por el ganadero.

  • Lavado (0.41%): se trata de un accidental que suele afectar a zonas reducidas del cuerpo de la res, aclarando esa zona del pelaje.

  • Mosqueado: mismo caso pero en manchas mayores que el armiñado, aunque levemente, y con mayor abundancia.

Toro ensabanado mosqueado.

  • Nevado: en una zona del cuerpo del toro, habitualmente la grupa, pelos muy diluidos de color blanco se disponen, dando la sensación de nieve.

Vaca “Chalequera”, negra nevada, de la ganadería de José Luis Mayoral. Foto: Quique Giménez

  • Salpicado (1.72%): se llama salpicado a aquel animal que presente manchas blancas de variado tamaño y distribución por el cuerpo, siendo abundantes también. Habitualmente se concentran en la zona del vientre.

Toro “Pensaíto” de José Luis Pereda. Negro azabache salpicado.

De esta forma, los accidentales componen uno de los campos de estudio más interesantes del mundo taurino. La próxima parte, versará sobre los accidentales del tronco, que no son pocos. Espero que les haya gustado, muchas gracias.

Por Quesillo