Plaza de Toros de Las Ventas, más de 19000 almas unidas por una afición, en una tarde soleada para la sexta de la Feria de Otoño de Madrid.

 Los alrededores se llenan de banderas españolas como símbolo de un país, independiente de ideologías y con una mira común, los toros.

 Puerto de San Lorenzo anunciados en el cartel para los diestros Miguel Ángel Perera, Juan del Álamo, y Alberto López Simón.

 Miguel Ángel Perera: Oreja/oreja. Dispuesto llegó Perera a Madrid en su última tarde de la temporada española. Buen toro de El Puerto de San Lorenzo, “Caracorta”, que Perera aprovecha para realizar una gran faena, tandas de derecha templada, cuidando con mimo las condiciones del animal.  Se desmonteran tras los pares Curro Javier y Guillermo Barbero. Estocada atravesada y dos descabellos tras aviso.Oreja.Ovación a un toro en el arrastre merecida, toro que bien podría haberse ido desorejado por su calidad.

 Con su segundo Perera salió con la seguridad y el temple de saber que tenía en su mano la Puerta Grande. Un toro que arrancaba de largo y al que Miguel Ángel consiguió entender a la perfección y amoldar su toreo a las condiciones del astado. Con la muleta en la cara del toro consiguió muletazos extraodinarios que metió al público de lleno en la faena, cuyo culmen fue un gran afarolado poniendo al público en pie.  Pinchazo y estocada. Oreja y Puerta Grande para un emocionado Perera que pone punto final a su temporada en España con un broche de oro.

 Juan del Álamo: silencio/silencio. No tuvo suerte Juan del Álamo con su primer toro, inválido y que al que la presidencia le concedió seguir en la arena. Sin ningún tipo de opciones, opta por un macheteo y estocada. Silencio.

 El segundo de su lote, lidiado en quinto lugar, tampoco fue animal para la lidia y el lucimiento del matador, protestón y sin querer saber de la muleta, del Álamo trató de enjaretarle consiguiendo muletazos acelerados sin acoplarse. Silencio.

 Alberto López Simón: El tercero de la tarde, primero de López Simón, vuelve a los corrales con buen criterio, saliendo en su lugar un sobrero de Santiago Domecq. Un tercero bis que no andaba sobrado de fuerzas con el que el matador no termina de sentirse cómodo. Silencio

 Extremadamente manso el segundo de su lote, sexto de lidia, al que el diestro trató de medir y mimar en los muletazos sin hostigamiento. Una faena bien construída por Lopez Simón que fue, sin duda, a más, supo entender las condiciones del astado y realizando un ejercicio de tesón y mérito. Hace guardia y pierde por los aceros un apédice que había ganado a pulso.

 Puerta Grande para Miguel Ángel Perera que da la vuela al ruedo a hombros ondeando la bandera española.

 

Por Angel Soltero